HUITZILAC… ¿ERA INGOBERNABLE?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 3 de agosto de 2023
El 24 de agosto de 2012, a escasos metros del sitio en que el 7 de noviembre de 2018 se bloqueó la circulación sobre la Autopista Miguel Alemán y la carretera federal México-Cuernavaca, ocurrió el atentado perpetrado por agentes de la Policía Federal y bandoleros locales en contra de dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y un marino mexicano cuando viajaban a bordo de una camioneta blindada propiedad de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Sí, aquel día de noviembre de 2018 hubo movilizaciones similares a las de este miércoles 2 de agosto del año en curso, para impedir operativos de fuerzas federales y estatales en contra de los aserraderos ilegales y la tala clandestina de bosques, entre otros delitos de alto impacto.
Desde siempre se ha sabido que la región de Huitzilac ha estado sometida por grupos criminales externos e internos, confabulados con corporaciones policíacas y elementos del Ejército Mexicano. De otra manera no puede explicarse la causa por la cual dicha localidad situada al norte de Cuernavaca lleva varias décadas entre las zonas de ingobernabilidad, según la visión de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Sin la implicación de la extinta Policía Federal de Caminos, sustituida ahora por la Guardia Nacional de Carreteras, no hay manera de explicar por qué no se ha frenado el corte clandestino de árboles, la existencia de aserraderos igual de irregulares, el secuestro, la comercialización de estupefacientes, los asaltos, el robo y desmantelamiento de vehículos, el saqueo de tierra de monte y la venta indiscriminada de predios comunales. Todo esto no es desconocido por nadie en Huitzilac, pues son alrededor de 150 familias las que se dedican a cometer tales ilícitos, siempre con el encubrimiento de instituciones públicas.
La gente de Huitzilac conoce la abierta operación de criminales organizados sobre extensos tramos de la carretera federal México-Cuernavaca y a lo largo de la vía que conduce a las lagunas de Zempoala y Toluca. Pero ninguna autoridad de los tres órdenes de gobierno había reaccionado de manera eficaz y definitiva ante el clamor de quienes a diario experimentan el embate de secuestradores, asaltantes, extorsionadores y hasta sicarios.
Fue como el martes y miércoles de la presente semana iniciaron los operativos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), respaldados por la propia Guardia Nacional, la Fiscalía de Morelos, la Comisión Estatal de Seguridad y la Profepa. Sin embargo, los bloqueos a caminos vecinales, quema de vehículos y demás protestas de habitantes de Tres Marías consiguieron frenar más operativos. Es decir, la asignatura sigue pendiente, aunque con lo logrado hasta ahora se está mandando el mensaje de que no se permitirá más impunidad, lo cual estará por verse en las próximas semanas y meses. Habremos de ver si lo sucedido en la presente semana, la aplicación de la fuerza para hacer que se respete la autoridad, no fue simple llamarada de petate, y que el gobierno, en sus tres niveles, extenderá la aplicación de la ley o cede ante la presión social, muchas veces auspiciada por grupos delictivos.
Durante lustros la carretera federal Zempoala-Huitzilac ha sido reducto de hampones. Es descarada la presencia de bandas que tornan intransitable tan importante vía de comunicación, utilizada a diario por miles de morelenses que laboran en territorio mexiquense. Y son los puntos específicos mencionados por alertas de viaje emitidas durante varios años por el gobierno de Estados Unidos.
En noviembre de 2014 fueron denunciados públicamente, en conferencia de prensa (por el entonces regidor de Hacienda Municipal, Dimas García), el alcalde José Alfredo Mancilla Rojas y algunos miembros del Cabildo, quienes se dedicaban a saquear el erario, al nepotismo, a la asignación fraudulenta de contratos, a la manipulación de cargos públicos y, desde luego, a la protección de bandoleros.
Allá y entonces este columnista recibió un correo electrónico con la siguiente información:
“No solo se roban nueve autos en 15 días. Se roban en promedio de dos a tres vehículos por día, y se trata de las bandas integradas por ‘los chuchas’, ‘los rojas’ y los ‘cuauchalias’. Entre ellos figura Arnoldo Acosta Arizmendi, hermano de la regidora Judith, así como la banda de ‘los pañales’. Y las autoridades tienen información al respecto, pero no hacen nada porque no quieren hacerlo. Maquillan las cifras de los ilícitos que se cometen para simular que no pasa nada en Huitzilac, cuando en realidad ocurren delitos de alto impacto como el secuestro y el secuestro ‘express’, sobre todo en el tramo de las lagunas de Zempoala. El problema es que la gente no denuncia por miedo. Sume usted el asalto a casa-habitación”.
No es difícil inferir, pues, que Huitzilac ha constituido un excelente caldo de cultivo para la operación del crimen organizado y la delincuencia institucionalizada.