VÁZQUEZ LUNA, BOLAÑOS Y LA MISOGINIA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 8 de diciembre de 2023
Javier Bolaños Aguilar, ex director general del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), ex secretario ejecutivo de la extinta Comisión Estatal del Agua y el Ambiente (CEAMA), ex diputado local y ex diputado federal, busca afanosamente ser candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia municipal de la capital morelense. Todos los cargos ya mencionados los desempeñó siendo miembro distinguido del Partido Acción Nacional. En 2021, impulsó a candidatos del mentado Partido Fuerza por México, del cuestionado dirigente sindical Pedro Haces, y hasta hace poco buscó algún cargo de elección popular por el Partido Movimiento Ciudadano.
En honor a la verdad, Bolaños Aguilar no es el prototipo de consistencia partidista e ideológica. Y ahora, acercándose a Margarita González Saravia, precandidata única a la gubernatura de Morelos, tal como lo hacen quienes son auténticos cartuchos quemados, pretende obtener a toda costa la candidatura morenista a alcalde de Cuernavaca, de lo cual infinidad de mujeres y caballeros piden su limosna. Diría el inolvidable Manolín: “¡Fíjate qué suave!”. Bolaños, según vemos, está disparando hacia arriba, quizás esperando conseguir algo abajo. Tal vez quisiera regresar al Congreso local, donde mes a mes se embolsaría alrededor de 130 mil pesos, cantidad nada despreciable.
Morena está próximo a discurrir el velo en torno a sus candidatos a presidentas y presidentes municipales en las 36 localidades morelenses. Mientras llegan las importantes decisiones hoy quiero recordar un pasaje sobre Javier Bolaños Aguilar cuando fue diputado local de 2012 a 2015. Allá y entonces el multicitado personaje, en el Congreso local, mostró una grave condición misógina en contra de la maestra Alicia Vázquez Luna, quien era secretaria de Seguridad Pública de Morelos, en los albores del gobierno de Graco Ramírez Garrido Abreu.
Siendo jefa policíaca a nivel estatal, doña Alicia acudió a una comida en Jiutepec el 27 de abril de 2013. Sus anfitriones fueron los entonces diputados locales José Manuel Agüero Tovar (era del PRI) y Arturo Flores Solorio (era del PRD). Entre otros convidados estaban la alcaldesa Silvia Salazar Hernández y los nuevos ayudantes municipales de la localidad conurbada.
Supuestamente el convivio se estaba realizando con absoluta discreción para abordar temas delicados, inherentes a la complicada tarea de proporcionar seguridad a los ciudadanos morelenses, particularmente los de Jiutepec. Creyendo que se encontraba acompañada por gente responsable, de honor, Vázquez Luna comentó que algunos diputados locales “habían abogado por delincuentes sorprendidos en posesión de armas y drogas”. Asimismo, indicó que la corporación también detectó y detuvo a servidores públicos estatales consumiendo bebidas alcohólicas, acompañados de mujeres y alterando el orden público. Por igual, los legisladores involucrados y tales burócratas amenazaron con “cesarla”, lo cual nunca sucedió, aunque Vázquez Luna sí puso a disposición a los involucrados. “Me llaman y hasta me mientan la madre. Me dicen que hablarán con mi jefe para que me despida. Y les respondo que, mientras tanto, yo los pongo a disposición de la autoridad. Y los entrego porque no estoy inventando nada, los encontré con armas, con drogas, o porque se llevaban un caballo sin documentos”, agregó la maestra en Derecho, hoy titular del ramo en Cuernavaca.
El problema fue que la abogada habló “en privado” y “en confianza” ante los personajes aludidos y omitió proporcionar los datos de quienes la habían presionado. Como nuestros ínclitos diputados siempre se las dan de impolutos, con la conciencia tranquila, la citaron a comparecer dos semanas después. “¡Ahora va la nuestra! ¡Deberás probar o rectificar tus declaraciones en cuanto a que los diputados locales protegemos a delincuentes! ¡Ya verás! ¡No te la vamos a perdonar! ¡Te tragarás tus palabras! ¡En el Congreso hay pura gente honesta!”. Fueron algunas de las furibundas reacciones de los lastimados diputados por las alusiones de Vázquez Luna.
El promotor del punto de acuerdo para citarla a comparecer fue el entonces priísta Isaac Pimentel Rivas (conocido en Ciudad Ayala por sus frecuentes comelitones, excesos y extrañas amistades), quien dijo que “los diputados fuimos agraviados porque (Vázquez Luna) nos afecta y nos calumnia”. La propuesta fue respaldada por Matías Nazario Morales, Roberto Yáñez Moreno y José Manuel Agüero Tovar. Este último fue quien, cual vil chismoso, compartió con sus homólogos el contexto de la reunión (privada) donde surgieron los dichos de la maestra. Cualquiera supo que Agüero traicionó la confianza de la funcionaria. Y durante la comparecencia, a la cual asistí, pude constatar la misoginia del entonces panista Javier Bolaños Aguilar, quien desde la más alta tribuna de la soberanía popular morelense insultó hasta más no poder a quien, en 2021, fue nombrada por el alcalde José Luis Urióstegui como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Cuernavaca. Desde luego, Bolaños y el resto de sus también misóginos compañeros diputados hicieron el más grandes de los ridículos, pues no consiguieron la remoción de Vázquez Luna, quien salió del Congreso con la frente en alto.
Hasta aquí la narración. Pareciera como que Bolaños Aguilar le apuesta a la falta de memoria periodística, pero siempre hay precedentes respecto a la conducta de quienes hoy pretenden ocupar cargos donde ya resultaron un auténtico fracaso. Con todo y misoginia, el ex panista y “ex” de otros partidos, ahora aparece rodeado por una gran aureola de morenista, buscando incrustarse en el círculo rojo de una precandidata gubernamental ciento por ciento defensora de las causas de las mujeres que, inclusive, ofrendaron su vida por conseguir, entre otras cosas, lo que hoy es la política con perspectiva de género. Margarita emanó precisamente de la paridad de género. Así de que estaremos atentos y después diremos.