JUEGOS DE LA INFANCIA: PURA NOSTALGIA
HUGO CALDERÓN CON MIKE CASTILLO EN LA RAZA 95.7 FM MINNEAPOLIS, EE. UU.
MIÉRCOLES 10 DE ENERO DE 2024
BUENOS DÍAS
Como ya es costumbre entramos con todo y chinelos a CADA MAÑANA. Gracias a Mike Castillo, por permitirnos saludar a nuestros paisanos allende las fronteras a través de La Raza, la estación número uno de Minnesota, hoy que es miércoles 10 de enero de 2024. Es el segundo miércoles de este año y cumpleaños del que les habla.
Ya rebasamos el séptimo piso, pero aquí andamos con la enjundia de siempre, platicando con nuestros amigos de la Unión Americana y también con los paisanos de lo que antes fue Tenochtitlán y hoy es México. Aunque ustedes no lo crean, así es esto.
Hace unos días, en charla de amigos, recordamos los juegos de nuestra infancia en la antaño llamada Ciudad de la Eterna Primavera. ¿Se acuerdan ustedes a que jugaban cuando niños en sus respectivos lugares de origen?
Entrecierren los ojos y hagan memoria de los juegos de su infancia. Eran, obviamente, muy diferentes a los de hoy, cuando prevalecen los avances tecnológicos, y cuando los niños y jóvenes, ya no saben lo que es jugar “en la calle” o “al aire libre”.
Antes, ¿qué tal? a fines de los años cincuenta y mediados de los sesenta, era común jugar entre la chamacada, a la roña, a los encantados, al burro castigado ¿te acuerdas Mike? del dos, patada y coz; a la rueda de San Miguel, a la ronda de Doña Blanca, al amo ato, a las escondidillas, a las cebollitas, a las manitas calientes, al lobo ¿estás ahí? y a correr cuando decía que estaba listo.
También, jugamos a la gallinita ciega, al bote pateado, a saltar la cuerda. Y los juguetes de entonces eran el trompo, el balero, el yoyo, las canicas, las espadas de madera, la tapita o el tacón, para pegarle a las monedas de entonces, un quinto, un diez, un veinte, una peseta, un tostón, o un peso de aquéllos que tenían la imagen de Morelos, se jugaba a los volados, a los retachados en la pared o a acercarse a la rayita en las banquetas.
En muchas calles, se patinaba con los patines de la marca Mendoza, que se ajustaban a diversas medidas. ¿Se acuerdan? ¿Y nuestros caballos? Las escobas, que levantaban bonitas polvaredas en el patio, con los consabidos regaños de la abuelita o de la mamá.
¿Y qué tal las corretizas por las calles y callejones durante las guerritas de ligazos?, al grito de “parque, liga, ligazo, patada o manazo”. O los tiros de piedras con las resorteras de palo de guayabo en las huertas que había en la capital de Morelos o detrás de los tecorrales de los pueblos de entonces.
¿Se acuerdan de los juegos de mesa? Aparte de la clásica lotería, se jugaba la oca, el coyote, las serpientes y escaleras, las damas chinas. Además de pedalear las bicicletas en el parque o en la calle, se podía uno trepar también a los triciclos que alquilaban en el entonces casi nuevo Jardín de los Héroes, y luego en el Melchor Ocampo. También alquilaban bicicletas cerca del Calvario, por el rumbo de Matamoros.
Y nos dábamos vuelo con el patín del diablo o con los carritos de baleros, en las bajadas de Salazar y Zarco, a unos pasos del Palacio de Cortés. Qué tiempos.
Como siempre, por platicones se nos terminó el espacio, y les quedamos a deber los comentarios acerca del Día del Compositor, que se celebra el 15 de enero en nuestro país, y también que Juan Gabriel hubiera cumplido 74 años, el pasado domingo 7 de enero.
Nos despedimos con “Dios si perdona, el tiempo no”, con la Sonora Santanera, porque cada vez pesan más los calendarios.
Gracias por escucharnos y leernos.Buen fin de semana.
Hasta el próximo miércoles.