¿ALGUIEN TRAICIONÓ A JESSICA ORTEGA?
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 7 de marzo de 2024
Este miércoles, la diputada federal del Partido Movimiento Ciudadano (MC), Jessica Ortega de la Cruz, se registró ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) como candidata a la gubernatura por la coalición Movimiento Progresa. Será abanderada de MC, pero también del Partido Morelos Progresa, cuyos principales jefes a nivel estatal son ex diputados locales perredistas, todos con enorme desprestigio.
Efectivamente, los propietarios de MC se fueron con el canto de las sirenas y aceptaron coaligarse con Morelos Progresa, como si no se supera que los ex legisladores del sol azteca anhelan conservar su registro en el Impepac y, desde luego, alguna piscacha de prerrogativas. Los dos partidos postularán candidata a la gubernatura, ocho diputados y 18 cabildos municipales, aunque previamente Morelos Progresa haya estado a punto de firmar su alianza con el Frente Amplio por Morelos, con Lucy Meza Guzmán como candidata a la gubernatura (su coalición se llama Dignidad y Seguridad por Morelos Vamos Todos).
“Tengan la certeza de que haremos un gran trabajo en todo el estado para tener un mejor futuro”, escribió Jessica Ortega de la Cruz en su cuenta de Twitter después de registrarse ante el Impepac. Y se tomó un buen de fotografías con los ex diputados del PRD, como si tuviera la absoluta certidumbre de que no la traicionarán, de que es gente honesta y de que le garantizan montones de votos en Morelos, lo cual dista de la realidad. Me parece que alguien muy cercano a Jessica también es un traidor y le asestó una puñalada en la espalda proponiéndole la coalición con tan cuestionado partido.
¿Por qué sostengo con firmeza todo lo anterior? Vayamos a los antecedentes.
El jueves 8 de octubre de 2020 escribí una extensa columna refiriéndome a los “connotados” ex diputados del PRD. A continuación transcribo las partes medulares.
“Mi colega y amiga Antonieta Sánchez lleva varias décadas haciendo la cobertura del Congreso local para las empresas Diario de Morelos y la 99 FM. Reconozco su gran conocimiento sobre lo ocurrido a lo largo de varias legislaturas, tal como lo constató en la LIII, es decir la que rigió durante el trienio 2015-2018. En su cuenta de Twitter escribió lo siguiente replicando lo que también, con profunda sabiduría, sabe otra colega y amiga, Minerva Delgado, en torno al citado órgano colegiado”.
“La legislatura de los excesos, el abuso y la corrupción. (José Manuel) Tablas (Pimentel) votó a favor de que el Congreso pague de por vida una pensión a su esposa; (Carlos) Alaniz se convirtió en hacendado de Cuernavaca; (Julio) Espín hizo y deshizo en Puente de Ixtla y (Enrique) Laffitte (Bretón), pues también convalidó la zaga”.
Minerva Delgado, a su vez, escribió esta reflexión:
“ATENTOS: ex diputados del PRD, enfundados en su ‘nuevo’ partido buscan regresar a los espacios públicos tras su paso por la LIII Legislatura, marcada por el abuso al aprobar decenas de ‘jubilaciones doradas’ a personas que incumplían con requisitos, como la esposa de (José Manuel) Tablas”.
Efectivamente. Los personajes mencionados han estado adscritos al Partido Morelos Progresa, cuyo registro fue aprobado el 24 de agosto de 2020; lo anterior, luego de abandonar al Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde una y otra vez demostraron lo que significa practicar la prostitución política. Primero, abrevaron en un instituto político; renunciaron a él y se pasaron a otro, al cual también traicionaron para abandonarlo y comulgar con cualesquiera de los nuevos. Pero en el caso de los ex diputados mencionados decidieron fundar el Partido Morelos Progresa.
“La prostitución política se está acentuando hoy en día conforme nos acercamos al proceso electoral intermedio del 6 de junio de 2021. Y falta ver todavía la efervescencia preelectoral en marzo venidero, cuando 23 partidos políticos habrán de registrar a sus candidatos a diputados federales y locales, así como a los aspirantes a integrar los 36 municipios morelenses”.
Los del Partido Morelos Progresa son tránsfugas de la política, es decir hombres y mujeres acostumbrados al falseamiento de la representación y a incurrir en estafas políticas sin el menor recato. Son sujetos cuyas acciones tienen explicación y se derivan de los siguientes factores: deficiente sistema de partidos y crisis en los mismos; falta de mejores normas para las organizaciones políticas; ausencia de canales de comunicación e información entre los representantes populares y sus representados; pobre nivel de desarrollo y fomento de la cultura política; excesiva proliferación de políticos improvisados; nulo nivel ideológico en los partidos; ambición de grupos o personal; intereses electoreros; estrategias anticipadas de los tránsfugas; oportunismo; falta de resistencia política, y poca identidad dentro de un sistema político.
“A la cabeza de todos suele aparecer el ex alcalde de Ciudad Ayala y ex diputado José Manuel Tablas Pimentel, ex panista y ex perredista. En los tuits de las colegas Antonieta Sánchez y Minerva Delgado se menciona a los ex diputados Enrique Laffitte Bretón y Julio Espín Navarrete. El primero no ha sido saltimbanqui de la política, pero sí traicionó a sus ex mecenas Graco Ramírez y Rodrigo Gayosso. Carlos Alaniz Romero, por su parte, primero traicionó al PAN y luego al PRD. Ahora es fiel cancerbero de Tablas Pimentel y aspira a ser presidente municipal de Cuernavaca, donde perderá de manera estrepitosa. Sin embargo, Julio Espín es el prototipo de la alta traición”.
“Tablas Pimentel es plenamente identificado como el principal chaquetero del nuevo Partido Morelos Progresa, pues primero fue alcalde de Ayala gracias al Partido Acción Nacional (PAN) y como cuadro del mismo instituto político inició como diputado local en 2015, aunque luego se pasó al grupo parlamentario del PRD. En junio de 2016 fue señalado por presuntamente haber participado en el asesinato del activista social Gustavo Salgado Delgado, acaecido el 5 de febrero de 2015. Era un secreto a voces en Ayala el contubernio de Tablas Pimentel con células del crimen organizado”.
“Con relación a Julio Espín Herrera, no es ningún modelo de lealtad, integridad, honestidad y definición ideológica. Ha traicionado a propios y extraños. Antes era fiel apoyador de Marisela Sánchez Cortés y Amado Orihuela Trejo (la primera sigue siendo priísta, pero el segundo busca ser diputado federal por Morena); y luego de Graco Ramírez y Rodrigo Gayosso, de quienes ya se olvidó. Se enfermó de amnesia. Su nuevo rol, junto con el de los personajes citados líneas atrás, me hace recordar un estupendo libro titulado ‘Elogio de la Traición: Sobre el arte de gobernar por medio de la negación’, al que me referiré en otra ocasión”.
Hasta aquí mi columna del 8 de octubre de 2020. Las palabras sobran en torno a tan reprobables sujetos. Sin embargo, Jessica Ortega de la Cruz es otro tipo de persona. Tiene la admiración, el respeto y el cariño de muchísimos morelenses. Es una dama, en toda la extensión de la palabra. Por lo tanto, no merecía que le impusieran la alianza con los multicitados ex diputados perredistas.