CARPA Y BURLAS
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 13 de marzo de 2024
Las conferencias de prensa mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo escenario es el majestuoso Salón Tesorería del Palacio Nacional, llevan más de cinco años convertidas en circo o carpa y un horrendo vodevil. No son un ejercicio de transparencia, ni de rendición de cuentas, sino el instrumento propagandístico del macuspano para almorzarse a sus críticos y burlarse de ellos. No ha pasado un solo día sin que haga escarnio de alguien.
Cuando busca evadir asuntos delicados que lo hagan trastabillar, AMLO siempre se ha sacado de la manga temas carentes de seriedad, convirtiendo a las conferencias de prensa en un montaje teatral. Sin embargo, son tácticas distractoras para disminuir los cuestionamientos y conducir el discurso hacia otros lados, sin comprometerse.
Sin embargo, los insultos y burlas impactan en el imaginario colectivo de manera favorable para el presidente. El pueblo, tantas veces aludido por el macuspano, capta de inmediato sus alusiones contra los adversarios de la 4T. Por cierto, este martes llegó a un límite, casi pasando por encima de la delga línea establecida por el estado de derecho en tiempos electorales. Declaró que sus adversarios (y los de Claudia Sheinbaum) le apuestan al conflicto postelectoral y a “un golpe de estado técnico”. Esas palabras tienen como destinataria a la clientela electoral de Sheinbaum y Morena. Es una forma de azuzarla, sobre el grave escenario de polarización social y política.
Retomando el tema de las carpas mexicanas, fueron un tipo de teatro ambulante muy popular en México a comienzos del siglo XX, hasta su desaparición a finales de la década de los sesenta. La vulgaridad en que incurrieron motivó que el respetable público dejara de frecuentarlas.
El término “carpa” alude a un tipo de espacio teatral, pero también al género de teatro popular, muy socorrido por la gente en ciertas colonias de zonas urbanas entre los años de 1930 y 1950. Yo recuerdo, por los albores de los sesenta, al gritón de la carpa que dos o tres veces por año se colocaba en la calle Pirámide de la colonia El Vergel. Antes de su decadencia, esa carpa, al igual que muchas otras, presentaba principalmente a cómicos, bailarinas y cantantes; en ocasiones algún mago o prestidigitador y también a malabaristas y los infaltables ventrílocuos. Pero los excesos y constantes majaderías ocasionaron que las mamás de la colonia nos impidieran a los chamacos acercarnos siquiera.
Las conferencias de prensa mañaneras se convirtieron en eso: en vodevil o carpa, como guste usted llamarles, teniendo como principal protagonista a un remedo de histrión*.
* Actor del antiguo teatro grecolatino que representaba su papel disfrazado; actor de teatro, en especial cuando interpreta a su personaje exagerando sus reacciones y sentimientos.