LA NARRATIVA DE “CLAUDIA YA GANÓ”
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 21 de marzo de 2024
Existe una magnífica película titulada “Focus Maestros del Engaño”, dirigida por Glenn Ficarra y John Requa (2015), protagonizada por Margot Robbie y Will Smith, que en una de sus más interesantes secuencias nos ayudará a entender mejor la narrativa del gobierno de la República, a cargo de Andrés Manuel López Obrador, y su partido Morena, iniciada hace más de tres años en torno a Claudia Sheinbaum Pardo, hoy candidata presidencial de ese instituto político por la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y Verde), en el sentido de que “ella es la buena”, “es Claudia”, “Claudia arrasa en las encuestas”, “ella va a ganar”, “es la que llena las plazas públicas”, “su oponente no levanta”, “tiene todo el dinero del mundo”, “observa su fuerza y arrastre”, “no es candidata de ocurrencias”, “garantiza la continuidad de AMLO”, “es una candidata nacional”, etcétera.
Esto se denomina “narrativa del triunfo”. La encuesta difundida este martes por el diario Reforma, periódico opositor al régimen de López Obrador, se inserta en la misma estrategia y fue capitalizada hasta el fastidio por todos y cada uno de los panegiristas de Claudia Sheinbaum. Ese muestreo, con todo y sus deficiencias (45 por ciento de rechazo), la colocó con más de 20 puntos encima de Xóchitl Gálvez, a quien todos, sin excepción, proyectaron como que ya perdió, aunque las elecciones no se hayan llevado a cabo, pues se verificarán el 2 de junio venidero. Es decir: han pasado apenas 20 días de campaña de tres meses en total, en una confrontación desigual, pues la señora Sheinbaum lleva más de tres años de precampaña, precampaña, precampaña, y zas, zas, zas y zas. Ahora anda en campaña, arropada por los gobernadores de los estados donde se para, siendo evidente el acarreo de miles de personas a los mítines, vaya usted a saber con qué amenaza. Se trata de una imposición para darle continuidad a la 4T de AMLO.
¿Qué relación tiene dicha película con todo lo antes expuesto? Le explico.
He visto varias veces el filme y siempre confirmo que maneja muchísimos aspectos importantes sobre el lenguaje, verbal y no verbal. Will Smith es el líder de un sofisticado grupo de estafadores, hábiles en la manipulación de los sentidos para hacer caer a sus víctimas. Pero contiene una secuencia excelente sobre lo que hoy, en esta columna, he denominado “la narrativa del triunfo”. Todo se centra en el número 55.
Will Smith y Margot Robbie, durante un partido de fútbol americano, secundan el juego de un millonario empresario chino colocando grandes cantidades de dinero sobre posibles jugadas. La trama, magistralmente producida, provoca que el respetable público esté en la orilla de su butaca, sobre todo cuando el empresario apuesta su resto, es decir, una cantidad exorbitante. Pero, manipulado por Will Smith, para continuar con la apuesta debe elegir el número de la camiseta de algún jugador y su compañera (Margot Robbie) deberá adivinar de qué número se trata.
Alguien en su sano juicio jamás arriesgaría un millón de dólares en una jugada así, pues la probabilidad de adivinar de qué número se trata es del 10 por ciento frente a todos los posibles números que hay en el campo. Sin embargo, el jefe de los estafadores está seguro de que su compañera adivinará el número que el empresario va a escoger, y así ocurre.
Cuando salen del campo, tras haber desplumado al chino, su acompañante le pregunta, cómo sabía que iba a elegir el número 55, a lo que Will Smith responde:
“Se lo hemos dicho nosotros, llevamos todo el día diciéndoselo”. Y efectivamente. El día previo al encuentro, el grupo de Will Smith siguió al empresario, condicionándolo y manipulando su subconsciente, obligándolo a ver constantemente el número 55: en el elevador, el vestíbulo del hotel, el pin del portero, durante el camino a el estadio, etcétera; ve carteles con ese número, el número de flores del florero de su habitación… una sugestión constante. Él no sabe lo que ve, pero lo está viendo, y de forma continua se va interiorizando en su mente. Además, en la escena, juegan con el sentido del oído, y mientras está escogiendo el número de la camiseta del jugador, le ponen de fondo una canción en la que se repite el número 55, 124 veces en mandarín que es su idioma materno. No es consciente, pero el número siempre está ahí, por ello, cuando llega el momento de elegir, como dice Will Smith:
“Hay una vocecita en su cabeza que le dice, ese, 55, aunque él cree que es su intuición, realmente estaba condicionado a elegirlo”.
Puede que muchos de ustedes no concuerden conmigo en torno a esta secuencia de la película, pero habrá quienes sí lo hagan, estableciendo una analogía con lo ocurrido con la propaganda de Claudia Sheinbaum, intensa y estratégicamente distribuida a lo largo del país desde hace más de tres años. Me parece, en resumidas cuentas, que en torno a ella se refleja, además del gigantesco despilfarro de recursos públicos, el enorme poder del lenguaje y su influencia en nuestra mente, sin percatarnos.
Bien entonces podríamos inferir que la “narrativa del triunfo” ya decidió por los votantes mexicanos. ¡Y ni siquiera ha llegado el día de la elección! Vez tras vez se repite la idea, como con el número 55 de la película: “Es Claudia, ya ni pierdas tu tiempo”, “no desperdicies tu voto”. Y el imaginario colectivo dio por sentado, desde hace mucho tiempo, que así deben ser las cosas.