CRIMEN Y TRANSICIONES POLÍTICAS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 30 de abril de 2024
En muchas columnas, durante varios lustros, he documentado estadísticas recabadas durante casi cuatro décadas por especialistas en seguridad nacional y seguridad pública, referentes a la expansión del crimen organizado y el vertiginoso incremento de la incidencia delictiva durante las transiciones políticas, cada seis años.
Lo ocurrido recientemente en varios estados de la República se inserta en esta coyuntura, propiciada por los vacíos de autoridad que propicia, definitivamente, el inminente cambio en la presidencia hoy a cargo de Andrés Manuel López Obrador, cuyo sexenio ya está registrado como el de mayores homicidios dolosos, encima de los periodos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Los grupos criminales, por lo tanto, saben cuándo actuar y/o incrementar sus actividades, y desde luego, dónde arraigarse. Por cierto, no tiene nombre el ataque que perpetró un comando armado dentro del Hospital Center de Cuernavaca, situado sobre la Avenida Teopanzolco de la colonia Vista Hermosa. Ahí remataron a un ex policía vial de la capital morelense, de nombre Xavier Abarca, quien se encontraba en el área de terapia intensiva con lesiones de bala. Imaginen ustedes el susto de quienes se encontraban en el nosocomio (pacientes y familiares).
En todos los casos ha predominado una constante: los últimos cinco cambios de presidente de la República generaron vacíos de autoridad y el descontrol de las bandas delincuenciales por parte del estado mexicano. Esta problemática siempre se ha mantenido en el primer sitio de las vulnerabilidades de los presidentes y gobernadores en turno. Cabe subrayar que nunca consiguieron remontar plenamente el lamentable estado de cosas. Y la situación actual se perfila hacia el mismo destino.
El 19 de septiembre de 2008, a un año y medio de iniciada la guerra del presidente Felipe Calderón contra el “narcotráfico”, transcribí cifras concentradas por el inolvidable maestro Rafael Ruiz Harrell, autor del libro “Criminalidad y Mal Gobierno” (Editorial Sansores & Aljure), quien estuvo avecindado en Cuernavaca desde muchas décadas antes de su fallecimiento el 29 de diciembre de 2007.
El especialista documentó que en 1977 creció la delincuencia un 13.4 por ciento con relación al 9.5 por ciento de diciembre de 1976, cuando tomó posesión José López Portillo. En 1983, a escasos meses del arribo de Miguel de la Madrid a la Presidencia, el aumento fue del 44.1 por ciento, el más alto de 1975 a 2008.
En 1989, tras la llegada de Carlos Salinas de Gortari a la titularidad del Poder Ejecutivo federal, hubo una disminución de 8 por ciento contra el citado 44.1 por ciento. En 1995, una vez iniciado el gobierno de Ernesto Zedillo, el porcentaje creció hasta 42.4 por ciento.
Para marzo del año 2001, Vicente Fox Quesada, el presidente de la alternancia en el poder, enfrentó un repunte delictivo que alcanzó casi el 43.0 por ciento. Cabe subrayar que las estadísticas recabadas por Rafael Ruiz Harrell abarcaron hasta mediados de 2007. Sin embargo, nosotros logramos detectar, en lo que iba de la administración de Felipe Calderón hasta septiembre de 2008, niveles del 45.6 por ciento de incremento delictivo.
La problemática a nivel nacional fue más grave que en épocas anteriores, pues el crimen tendió a expandirse por regiones. Cada zona se convirtió en un mercado. Por ello, las tasas delictivas -en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa- fueron notablemente altas en Baja California Norte, Michoacán, Sinaloa, Guerrero, Nuevo León, Veracruz, Tamaulipas, Jalisco, parte del Estado de México y Morelos. Y así sucesivamente durante el sexenio de Peña Nieto. Nunca se redujo la criminalidad.
Me parece, pues, que la ola delictiva en varias ciudades mexicanas (incluida la capital morelense y otros puntos de nuestra entidad), desafiando al estado mexicano por parte del crimen organizado, tiene vinculación con los vacíos de autoridad que generan las transiciones políticas, como la que se avecina a nivel nacional y en nuestro estado en este año.
Del 1 de diciembre de 2018 al 16 de abril de 2024, tiempo que lleva en la Presidencia de la República el morenista Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías estatales y federales han registrado 184 mil 307 homicidios dolosos en México, detalla el reporte “MX: La Guerra en Números”, de T-ResearchMX, , de acuerdo con el registro de homicidios dolosos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). De continuar esa tendencia, el sexenio podría cerrar, el último día de septiembre, con alrededor de 200 mil asesinatos. Ha sido el periodo más sangriento.