ALEJANDRA DEL MORAL Y LA TRAICIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 28 de mayo de 2024
Mucha atención se le otorgó a la renuncia de Alejandra del Moral a su militancia de casi 25 años en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Como ustedes saben, fue candidata del tricolor y partidos aliados (PAN-PRD-PANAL) a la gubernatura del Estado de México en el proceso electoral de 2023, siendo derrotada por la morenista Delfina Gómez. Es importante subrayar que todo su patrimonio político y material se lo debe al PRI.
Pero llamó más la atención el hecho de que, durante el pasado fin de semana, se reunió con Claudia Sheinbaum Pardo, candidata presidencial del obradorismo, al que muchas veces repudió la ahora ex priista, de la misma forma en que lo hizo con respecto a la doctora Sheinbaum, a cuyo proyecto se sumó emulando a otros cuadros tricolores del Edomex, hoy convertidos en matraqueros de la 4T y de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Desde luego, Claudia, ni tarda ni perezosa, le dio la bienvenida a Alejandrita, a quien cientos de usuarios de las redes sociales tundieron este lunes por chaquetera. Nuestro noble pueblo podría perdonar a los rateros, a los pendejos con iniciativa y hasta a quienes decidieron cambiar de sexo, pero nunca lo hará con los chaqueteros, con los traidores. Sin embargo, a la dama en mención poco le importarán las decenas de mensajes que colocan su apellido en tela de juicio, pues se le nota la carencia de moral. Es amoral.
A lo largo de más de cinco décadas he visto de todo en muchísimos procesos electorales, verbigracia a los chapulines y saltimbanquis de la política yendo de un partido a otro porque no consiguieron un cargo de elección popular. He constatado y comprobado la conducta de los traidores, de los tránsfugas, tratándose de mujeres y hombres que elogiaron a la traición. Lo anterior ha propiciado la degradación de la vida pública, así como el resquebrajamiento de la imagen de los políticos frente a la sociedad, entre otros daños colaterales.
Por eso deseo referirme hoy a un libro que debe ser texto básico para interpretar algunas de las motivaciones y decisiones de quienes constituyen la clasesita política mexicana, quienes siempre estarán dispuestos a cumplir el antiguo dicho del periodista y filósofo veracruzano Héctor “El Tlacuache” Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. La conducta de los tránsfugas, como sucedió con Alejandra del Moral, surge cuando no les fueron satisfechas sus ambiciones personales. Así lo escribió en su carta de renuncia al PRI.
Dicho libro se titula “Elogio de la Traición”, de Denis Jeambar e Ives Roucate (franceses), articulista de “L’Express” y maestro de filosofía de la Universidad de Pitiers, respectivamente, quienes nos remontan a Sófocles: “La traición y la negación son meollo del arte político”; a Maquiavelo: “Los príncipes que han sido grandes no se esforzaron en cumplir su palabra”; y a Bacon: “Quien se niega a aplicar remedios nuevos, debe aprestarse a sufrir nuevos males, porque el tiempo es el mejor innovador de todos”.
La democracia mexicana se caracteriza por la traición. Desde luego que hay sus honrosas excepciones, pero la conducta de ciertos personajes nos sirve como modelo para confirmar lo que no debe hacerse en política. Empero, cualquier argumento esgrimido por los saltimbanquis o tránsfugas será interpretado como “un acto racional” mediante el cual intentarían justificar el alejamiento de las organizaciones que les sirvieron como plataforma inicial en la política morelense.
La inmensa mayoría de mexicanos tiene una percepción negativa sobre la conducta de los políticos, quienes son considerados como individuos ligados a las dádivas del poder y no a una ideología o a determinados proyectos de nación. Lo mismo se repite a nivel regional y local. Los morelenses tenemos la impresión de que al interior de los partidos y en tiempos preelectorales pululan políticos marrulleros, hábiles para echar mano de todos los ardides a su alcance con tal de consolidar su papel e incrustarse en el erario. Son capaces de traicionar a su madre.
Tocante a Alejandra del Moral Vela, compañeras y compañeros suyos en el PRI del Estado de México le recordaron cómo se entregaron en cuerpo y alma a la campaña de 2023, soportando con dignidad y capacidad de resistencia los embates de López Obrador y Sheinbaum. Todas y todos, sin embargo, decidieron permanecer en el mismo partido, sin claudicar, lo que no hizo Alejandrita, quien está destinada a irse a la ignominia por traidora.