LOS SEPULTUREROS DEL PRI
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 24 de julio de 2024
Los actuales dirigentes nacionales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) no aprendieron de la experiencia y, a pesar de su estridente fracaso en las elecciones del domingo 2 de junio del año en curso, decidieron cavar la tumba de ese instituto político. El tristemente célebre Alito Moreno, muy pronto, formará parte de la historia mexicana como quien, de manera obcecada y frenética, lanzó las últimas paladas.
De por sí, la sociedad en general, a lo largo y ancho de México, sabe que el PRI fue una agencia de colocaciones, sin cumplir la condición de institución de interés público asignada, tanto a ese partido, como a los demás registrados ante los órganos electorales, por la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
El 6 de diciembre de 1964, al tomar posesión como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carlos A. Madrazo manifestó: “Practiquemos la autocrítica como único medio de vigilar conductas y evitar errores, para que el PRI no se convierta en una agencia de colocaciones, ni postule candidatos salidos de las filas de nuestros enemigos, simplemente porque así lo ordenan los intereses creados”. El malogrado político tabasqueño fue un crítico de su partido y murió el 4 de junio de 1969, en Monterrey, en un accidente aéreo que siempre se asoció a un asesinato político. El presidente de la República era Gustavo Díaz Ordaz.
Mucho tiempo antes, el 19 de junio de 1939, siendo presidente del Comité Central del Partido de la Revolución Mexicana (antecesor del PRI), Heriberto Jara expresó que “el PRM no es un refugio para satisfacer ambiciones innobles, ni tabla de salvación de náufragos políticos, sino que su existencia y fines obedecen a imperativos de altura”.
Y el 12 de enero de 1974, estando al frente del CEN, Jesús Reyes Heroles señaló: “Sectarismo, oportunismo, seguidismo, nepotismo, influyentismo, arribismo, amiguismo, son lacras que es preciso desterrar del partido”.
Todo, repetido en alrededor de 70 años, resultó ser pura palabrería. El PRI se ha conducido siempre igual hasta tiempos recientes. Y el famoso Alito Moreno se convirtió en el sepulturero.
Sin embargo, los ancestrales vicios priistas se están repitiendo donde otros partidos son gobierno. Pareciese que esas organizaciones han vivido y viven condiciones monárquicas cuando llegan al poder y se despachan con la cuchara grande. Así lo vislumbró Maquiavelo: “El desorden y la corrupción hacen inevitable la aparición de un monarca. Tiene que surgir un gobernante absoluto que dirija la administración del estado sin la intervención de terceras personas que entorpezcan la reacomodación política”. Y ahí vienen de regreso.