LA PISTA DE GO-KARTS EN DOMINGO DIEZ
HUGO CALDERÓN Y MIKE CASTILLO EN LA RAZA FM, MINNEAPOLIS, EE. UU
MIÉRCOLES 11 SEPTIEMBRE 2024
BUENOS DÍAS
Como siempre, entramos con todo y chinelos a CADA MAÑANA, a través de La Raza, la madre de todas en Minnesota, hoy que es miércoles 11 de septiembre de 2024.
Gracias Mike, por permitirnos saludar a nuestros paisanos en la Unión Americana. En especial a quienes se reportan desde muy temprano contigo, y que nos dejan comentarios y saludos.
La semana pasada nos despedimos con el tema “El Cable”, interpretado por Mario y sus Diamantes, y algunos cuernavacos del siglo pasado, recordaron que en los inicios de la década de los años sesenta, en Cuernavaca, estuvieron de moda las carreras en carritos de baleros. ¿Lo recuerdan?
¿Quién no se deslizó por algunas calles de la vieja Cuernavaca, en estos veloces vehículos, que se gobernaban con unos mecates amarrados en la parte delantera, y que tenían “frenos de potencia”, como eran los pedazos de llanta, a un lado de la tabla donde nos sentábamos?
Los que no contaban con esos pedazos de llanta, pues debían frenarse con las suelas de los tenis de entonces. ¿Se acuerdan de ésos? Blancos, que podían lavarse y pintarse con una brochita.
Sí, los que tenían una suela delgadita, de goma, y que, a lo mejor en dos o tres tardes de andar en los carritos de baleros, terminaban todos rotos, o por lo menos, con la suela despegada.
Incluso, se llegaron a realizar “carreras” en la bajada del entonces nuevo centro comercial “Adolfo López Mateos”. Ah, pero en esos eventos, participaban los cargadores que estaban entonces en las afueras de una importante tienda de abarrotes, la Casa Alonso, ubicada en la calle de Guerrero, frente al viejo mercado del reloj.
En sus carros rojos, de madera, se deslizaban por esa pendiente, mientras los observadores se apostaban en lo que ahora es el Puente del Dragón. Se ponían buenas las “carreritas”, que eran por la tarde.
Pero, también por esos años, en la entonces lejana avenida Domingo Diez, muy cerca de la XXIV Zona Militar, funcionó una pequeña pista de carreras, donde podíamos tripular flamantes y “muy modernos”, qué caray, unos vehículos de motor, llamados Go Karts.
¿Se acuerdan ustedes de la pista? Entonces, Domingo Diez estaba sin pavimentar. Desde la famosa maderería de Don Felipe Rivera, que se ubicaba en la esquina de Pericón y Domingo Diez, hasta los Go Karts, aquello estaba lleno de hoyancos.
Pero, después del recorrido entre brincos de los camiones Chamilpa Empleado que cubrían la ruta, llegaba uno a la entonces flamante pista de los go karts.
Para los “pudientes”, que podían pagar 15 minutos, el costo era de doce pesos. Casi nunca vimos que alguien cubriera la hora. De a quince minutos sí, pero los que sobraban era los que se formaban para darse una vuelta en la pistita, que tenía el precio de un peso por vuelta.
¿Se imaginan? Se pagaba un billete “de los colorados”, o cinco monedas de 20 centavos, de esas que tenían un sol sobre una pirámide, o dos tostones, sí los que tenían la figura de Cuauhtémoc y del otro lado el águila, o también 20 monedas de a cinco, de las llamadas “Josefitas”, por una vuelta a bordo del go kart.
Ahora ya ni existe la pista de los go karts, y tampoco los billetes y monedas de las denominaciones que les platicamos.
Qué tiempos ¿no?
Como siempre, por platicones se nos terminó el espacio.
Nos despedimos con “No tengo edad para amarte”, en la voz de la italiana Gigliola Cinquetti, canción que se escuchó bastante a través de las ondas hertzianas, en los tiempos en que estudiábamos en la secundaria federal “Froylán Parroquín García”, y que seguramente también les traerá gratos recuerdos.
Gracias por escucharnos y leernos.
Hasta el próximo miércoles.
Feliz fin de semana.