EL TIEMPO CORRE
¡Entre semana!
17 septiembre 2024
Eduardo Ángel Cinta Flores
[email protected]
Amigos con su permiso, me voy a despedir de un gran amigo, Manuel Sotelo Cienfuegos, mi compadre, ayer el Señor lo llamó a su reino. Algún día volveremos a celebrar nuestra botana.
Mi tema.
En esta semana leí en un diario de circulación nacional (hoy todos los diarios que se publican impresos o no, son de circulación nacional) que el martes 10 de septiembre de 2024 será recordado como un día negro en la historia de México. Una fecha que parece querer ir detrás del nefasto 11 de septiembre de 2001 conocido como el “nine-eleven” (nueve-once), día en el que el terrorismo global comenzó una nueva etapa cuando terroristas secuestraron aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y contra el Pentágono.
Pero como acá en México hacemos las cosas al revés, el 10 de septiembre no es el “nueve-diez”, sino el “diez-nueve”, tal y como comienzan las cuentas regresivas (diez, nueve, ocho, siete…), en este caso no para dar cuenta de la llegada de un año nuevo, lleno de felicidad y parabienes, sino para comenzar a contar el tiempo en el que México tocará fondo, si es que las cosas se mantienen en el rumbo por el que van, y que contrario a lo que el oficialismo promete, anuncian el inicio de una nueva era de autoritarismo, injusticias y corrupción nunca antes vistas.
Con el 10, 9, … me fui a dormir, lo que no logré, pensando en la cuenta regresiva y angustiado como muchas veces desde hace más de seis años.
Ayer apareció la publicación de un nefasto decreto que modifica al Poder Judicial, no que lo reforme, no, una Reforma mejora y este decreto solo impone, con perversidad … dicta.
Hace muchos años en época del expresidente Luis Echeverría Álvarez, 1970-1976, sufrimos ese insomnio a causa de la sombra de la dictadura de estado encubierta de la búsqueda de salir del tercer mundo. Puras falacias, era el truco que se usaba para cubrir la golosa corrupción que se gestaba y que llevó a la ruina a nuestro país, ruina que dilató 24 años en superarse, aunque con Ernesto Zedillo se volvió a la inquietud de una economía transfigurada.
Ese expresidente mexicano que en enero de 1995 promulgó una reforma al mismo poder judicial y que ahora advierte que la reforma aprobada por el Congreso de la Unión es una “atrocidad que destruirá al Poder Judicial” y que enterrará a la democracia mexicana.
Diría mi madrecita Doña María Luisa: Ver para creer.
Desde niño, era una fascinación ver el desfile del 16 de septiembre. Quizá era mi degradación o mi aspiración de ser militar lo que motivaba esa actitud. Sin embargo, haciendo olvido de lo que dice el himno nacional mexicano de “en cada hijo un soldado te dio”, me apego a tocar madera por la decadencia del ejército mexicano a una agrupación que hoy está al servicio de un comandante supremo y no del presidente de una República, república que acaba de ser desdeñada.
Desfilaron más de quince mil elementos militares, marinos y del aire. Cientos de mujercitas que con gallardía portaban su uniforme militar en apego al sentido de género. Clausurando la parada militar una agrupación ciudadana que es la viva expresión de la mexicanidad, la Asociación Nacional de Charros, decorada por sus bellas escaramuzas.
Vi la exhibición de un poderío militar cuasi nuevo, vehículos de modelos de principio de siglo, algunos ya con equipamiento para enfrentar guerrillas, no guerras. México tiene casi ochenta años de haber participado en una confrontación bélica que lo convirtió en un país pacifista pero que en la actualidad está inmerso en un conflicto social demasiado riesgoso. Conflicto que para la presidencia representan solo roces entre grupos antagónicos sin relevancia.
Lo característico, es que, esos “roces sociales” están generalizados en todo el país, Chiapas, Guanajuato, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Morelos, Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Veracruz y así en todo México, en donde el común denominador son los “abrazos no balazos”.
Un ejército con poderío endeble si consideramos el avanzado del que está en poder del crimen organizado y que viene a culminar en dos razones para no combatirlo: Carencia de armamento adecuado y el respeto a los acuerdos cupulares que se han establecido entre los poderes existentes, buenos y malos.
La solución está en lo que vaya a hacer la Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas Mexicanas Claudia Sheinbaum, la seguridad de México está en tremendo riesgo y ya no es negociable. El tiempo corre, 10, 9, 8, 7 …..
Amigos como siempre les dejo un saludo ¡con mucho afecto!