¿ES POSIBLE ERRADICAR LAS EXTORSIONES?
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 4 de octubre de 2024
Erradicar el delito de extorsión en Morelos, como en cualquier otro lugar, es un desafío complejo, pero no imposible si se implementan estrategias efectivas y se mantienen de forma sostenida.
Existen varios factores que dificultan su erradicación, como la corrupción, la impunidad y la falta de recursos adecuados en las fuerzas de seguridad y en el sistema judicial. Sin embargo, se pueden tomar medidas significativas para reducirlo considerablemente.
Fortalecer las instituciones de seguridad y justicia: Capacitar a las fuerzas de seguridad y dotarlas de mejores herramientas tecnológicas y de inteligencia para identificar y desarticular redes de extorsión.
Atacar la impunidad: Asegurar que los delincuentes que cometen actos de extorsión sean procesados de manera efectiva y se enfrenten a consecuencias legales. En muchos casos, los perpetradores operan desde dentro de las prisiones, lo que también requiere mejorar los sistemas penitenciarios.
Crear programas de protección para víctimas: Muchas personas no denuncian extorsiones por miedo a represalias. Implementar programas que brinden protección y apoyo a las víctimas puede incentivar la denuncia y ayudar a desmantelar redes criminales.
Fortalecer la ciberseguridad y la vigilancia digital: Dado que muchas extorsiones se realizan por medios digitales o telefónicos, es crucial desarrollar capacidades avanzadas de monitoreo y rastreo de comunicaciones ilícitas.
Colaboración ciudadana y denuncia anónima: Las campañas de concientización para que las personas conozcan los métodos de extorsión y cómo prevenirlos pueden reducir los casos. También, los sistemas de denuncia anónima pueden facilitar la identificación de los extorsionadores.
Trabajo interinstitucional: La coordinación entre los gobiernos estatal, municipal y federal es clave para crear una red de seguridad más fuerte y eficiente.
Aunque no es sencillo erradicar completamente este delito debido a su naturaleza y los contextos socioeconómicos que lo favorecen, una combinación de políticas públicas, fortalecimiento institucional y participación ciudadana puede lograr una reducción considerable en su incidencia.