ESCUELAS PREPARATORIAS, ¿UN RECURSO CONTRA LA DELINCUENCIA JUVENIL?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 10 de octubre de 2024
La falta de escuelas preparatorias en las ciudades, o la limitada accesibilidad a la educación media superior, puede ser un factor importante que contribuye al aumento de la delincuencia juvenil, aunque no es el único factor determinante.
La educación es fundamental para el desarrollo personal y social de los jóvenes, y cuando esta falta, pueden generarse situaciones de vulnerabilidad que los empujan a conductas delictivas. ¿Cuáles son los principales aspectos que vinculan la falta de acceso a la educación con la delincuencia juvenil:
Sin ser necesario un orden de importancia, me parece que el desempleo y la falta de oportunidades es el enorme caldo de cultivo para el surgimiento de nuevos delincuentes, extraídos de entre miles de jóvenes que, en lugar de estar estudiando, se suman a pandillas en las colonias.
Cuando los jóvenes no tienen acceso a la educación, se reducen sus oportunidades de adquirir habilidades y conocimientos que les permitan integrarse al mercado laboral formal. La falta de empleos bien remunerados para aquellos sin estudios aumenta el riesgo de que opten por actividades delictivas como una forma de generar ingresos. Sin embargo, en muchas ocasiones, la falta de opciones educativas está ligada a la pobreza y la marginación. Los jóvenes que viven en estas condiciones pueden ver en el crimen una salida rápida y viable a sus problemas económicos.
Las escuelas no solo son centros de aprendizaje, sino también de socialización, donde los jóvenes pueden encontrar modelos a seguir, amigos y actividades productivas. La falta de preparatorias puede llevar a que los jóvenes busquen integrarse en otros grupos, incluidos aquellos ligados a actividades ilícitas.
La delincuencia juvenil a menudo está vinculada con la búsqueda de identidad y pertenencia a grupos. Si los jóvenes no encuentran estos espacios en la escuela o en actividades extracurriculares, podrían volverse vulnerables a unirse a pandillas u otros grupos criminales.
Los jóvenes que no tienen acceso a la educación a menudo sienten que no tienen futuro ni posibilidades de mejorar su situación. Esta falta de perspectiva puede generar frustración, baja autoestima y una predisposición a la conducta delictiva.
En áreas donde no hay suficientes escuelas preparatorias o los jóvenes deben recorrer grandes distancias para asistir a clases, las tasas de deserción escolar aumentan. Esto agrava el problema, ya que quienes abandonan los estudios tienen menos oportunidades y mayor riesgo de caer en conductas delictivas.
La educación es una herramienta clave en la prevención del delito, ya que proporciona conocimientos y habilidades, pero también promueve valores como la responsabilidad, la empatía y el respeto a las normas sociales. Las ciudades con una oferta educativa limitada pierden la oportunidad de formar ciudadanos con una visión constructiva de la sociedad.
La falta de acceso a preparatorias también puede agravar las desigualdades sociales, lo que es un factor que incrementa la criminalidad. En áreas donde los jóvenes ven una gran disparidad entre su situación y la de otros, se sienten más motivados a participar en actividades delictivas como forma de nivelar esas diferencias percibidas.
La falta de escuelas preparatorias no es el único factor que contribuye al aumento de la delincuencia juvenil, pero es un elemento clave dentro de un contexto más amplio de marginalización, pobreza y falta de oportunidades. La solución a largo plazo para reducir la delincuencia juvenil incluye mejorar el acceso a la educación, generar oportunidades laborales y proporcionar espacios seguros de desarrollo para los jóvenes. La educación, en este sentido, actúa como un factor preventivo clave que puede romper el ciclo de la delincuencia juvenil.
EL CASO DE CUERNAVACA
Cuernavaca, como muchas ciudades en México, enfrenta problemas de desigualdad social, pobreza y marginación. A pesar de ser la capital del estado de Morelos y tener áreas con desarrollo económico significativo, también hay sectores que experimentan grandes carencias.
Aunque algunas zonas de Cuernavaca son prósperas y cuentan con buenos servicios y oportunidades, existen zonas en la periferia que carecen de acceso adecuado a educación, salud y empleo. La distribución desigual de los ingresos es un tema crítico.
Según datos recientes del CONEVAL, una parte significativa de la población de Cuernavaca vive en condiciones de pobreza. Esto incluye tanto pobreza moderada como extrema, lo que agrava problemas como el acceso limitado a servicios básicos y a una alimentación adecuada.
Las áreas más vulnerables de la ciudad, en especial las colonias periféricas, a menudo carecen de infraestructura básica, como sistemas de agua potable, alcantarillado y pavimentación. Estas comunidades son más propensas a sufrir de exclusión social, con acceso limitado a oportunidades de desarrollo económico y educativo.
La violencia también es un factor que contribuye a la marginación social en Cuernavaca, ya que las comunidades más pobres suelen estar más expuestas a la delincuencia, lo que a su vez limita su capacidad para desarrollarse y salir de la pobreza.
Aunque Cuernavaca tiene hospitales, escuelas y servicios públicos, no todos los habitantes tienen acceso a ellos de manera equitativa. Las áreas más marginadas pueden estar lejos de las instalaciones públicas o tener servicios de menor calidad.
La combinación de estos factores crea un entorno en el que las oportunidades no están distribuidas de manera uniforme, lo que refuerza la desigualdad estructural en la ciudad.
En este complejo escenario, la falta de acceso a escuelas preparatorias es un factor importante que puede contribuir a problemas como la delincuencia juvenil y la desigualdad social en Cuernavaca. La educación es fundamental para crear oportunidades de desarrollo personal y social, y cuando los jóvenes no tienen acceso a una educación de calidad o simplemente no hay suficientes escuelas para cubrir la demanda, las consecuencias pueden ser significativas.
Claudia Sheinbaum ha señalado en diversas ocasiones la importancia de ampliar la oferta educativa en México, especialmente en los niveles de educación media superior y superior. Uno de sus enfoques principales es asegurar que todos los jóvenes tengan acceso a una educación de calidad como parte de su visión para combatir la desigualdad y mejorar las oportunidades para los sectores más vulnerables.
Durante su mandato como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Sheinbaum promovió la creación de más planteles del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) y preparatorias vinculadas con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para garantizar que más jóvenes tuvieran acceso a una educación preparatoria pública. Asimismo, destacó que la educación es una vía clave para alejar a los jóvenes de la delincuencia y brindarles mejores perspectivas de futuro.
En su plataforma a nivel nacional, ha mencionado que la creación de más preparatorias y universidades es parte de sus planes para combatir la desigualdad, mejorar la movilidad social y reducir las tasas de deserción escolar. Esto también se alinea con la visión del presidente López Obrador de garantizar el acceso a la educación y fortalecer los programas sociales que apoyen a los jóvenes en situación de vulnerabilidad.