El mercado ALM: corazón comercial de Cuernavaca; el 27 de octubre cumplirá 60 años de haber iniciado sus operaciones
Redacción Información General, Morelos
El mercado Adolfo López Mateos, que el 27 de octubre del año en curso cumplirá 60 años de su apertura formal, es mucho más que un espacio comercial. Es un símbolo de la identidad cuernavacense y testigo de la evolución de la ciudad.
A través de sus pasillos, no solo circulan bienes, sino también historias, tradiciones y el espíritu de una comunidad que se ha mantenido unida a lo largo de los años. Como parte esencial del tejido social de Cuernavaca, su preservación y revitalización es fundamental para mantener vivas las raíces culturales y económicas de la capital morelense.
El presidente de México de 1958 a 1964, Adolfo López Mateos, vino en mayo de su último año de gobierno y declaró inaugurado el mercado, pero los locatarios nunca aceptaron tal apertura como la oficial, pues no iniciaron sus trabajos, sino hasta el 27 de octubre de 1964. Fueron obligados por López Mateos a mudarse del antiguo mercado “Benito Juárez” al nuevo centro comercial y lo hicieron bajo protesta.
La construcción del mercado fue impulsada como parte de un esfuerzo por modernizar la infraestructura comercial de Cuernavaca. En los años 60, la ciudad experimentaba un crecimiento poblacional considerable, lo que generaba la necesidad de un espacio centralizado donde los comerciantes pudieran ofrecer sus productos de manera organizada. Anteriormente, la actividad comercial se dispersaba en pequeños tianguis que cuidaban de las instalaciones adecuadas.
El mercado está dividido en varias secciones que albergan una gran diversidad de productos. Entre sus características distintivas, cuenta con una sección dedicada a alimentos frescos como frutas, verduras, carnes y mariscos, así como áreas donde se venden productos básicos, ropa, calzado, flores y artículos para el hogar. También hay una zona destinada a fondas y pequeños restaurantes donde los comensales pueden disfrutar de suculentos platillos.
Una de las particularidades del ALM es la estrecha relación que tiene con la producción local. En sus pasillos, se puede encontrar desde productos agrícolas de los alrededores de Cuernavaca hasta artesanías hechas a mano por artesanos locales. Esto le ha permitido ser un centro de apoyo tanto para pequeños productores como para los consumidores que buscan calidad y tradición en sus compras.
Con el paso del tiempo, el mercado ha sido testigo de importantes transformaciones tanto en su estructura como en su funcionamiento. Ha superado momentos difíciles, como incendios y problemas de infraestructura, que han puesto a prueba la resiliencia tanto de los locatarios como de las autoridades locales encargadas de su mantenimiento. Uno de los momentos más críticos ocurrió en 2015. Se trató de un voraz incendio.
Esta conflagración resaltó la vulnerabilidad de la infraestructura del mercado, que para entonces ya tenía varias décadas en funcionamiento y cuidado de sistemas de prevención de incendios adecuados. El evento obligó a las autoridades municipales a realizar evaluaciones sobre las condiciones del mercado y a implementar mejoras para prevenir futuros incidentes. Entre las medidas adoptadas, se llevaron a cabo reparaciones en las zonas afectadas y se reforzaron las medidas de seguridad, como la instalación de sistemas de alarmas y extintores, así como la reubicación de algunos locales para mejorar el acceso a las áreas críticas en caso de siniestros.
El incendio de 2015 no solo fue un golpe económico para los locatarios, sino también un recordatorio de la importancia de la modernización y el mantenimiento adecuado de los mercados tradicionales.
Más allá de ser un simple espacio de comercio, el Mercado Adolfo López Mateos ha adquirido un papel crucial en la vida diaria de Cuernavaca. Se ha convertido en un punto de encuentro para diferentes generaciones de cuernavacenses, un lugar donde convergen las tradiciones y la modernidad. Aquí no solo se compran y venden productos, sino que también se comparten historias, recetas y se mantienen.
El mercado es también un reflejo de la diversidad cultural de Morelos, donde se pueden encontrar productos que van desde el maíz y los chiles hasta flores de cempasúchil y artesanías típicas, especialmente durante temporadas festivas como el Día de Muertos.