DIVISIÓN ENTRE MORENISTAS Y LOS DEMÁS CIUDADANOS
OPINIÓN
Por Regina M. Cinta Becerril
Lunes 28 de octubre de 2024
El panorama político en México, especialmente con la creciente influencia de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), se ha polarizado en algunos sectores de la sociedad. Morena ha consolidado una base de apoyo muy fuerte, lo que ha llevado a que en algunos círculos se hable de una “nueva hegemonía política”. Sin embargo, la división entre “morenistas” y “los demás ciudadanos” no necesariamente refleja el país en su totalidad, sino que podría estar más acentuada en ciertos sectores políticos, mediáticos o similares.
Esta polarización puede ser en parte resultado de la estrategia política que busca diferenciar claramente a Morena de los partidos que dominaron el escenario político mexicano en décadas anteriores (como el PRI y el PAN), posicionándose como el partido del “cambio” o la “transformación”. Sin embargo, también hay ciudadanos que no necesariamente se alinean con Morena ni con los partidos tradicionales, y que pueden estar buscando nuevas alternativas.
Si Morena continúa teniendo éxito electoral y ejerciendo un papel predominante, es posible que la percepción de una división más marcada entre los que apoyan al partido y quienes no lo hacen se intensifique. Empero, México es un país con una historia política rica y compleja, y es probable que veamos cambios y ajustes en la forma en que los ciudadanos se identifican políticamente a medida que evoluciona el panorama.
La situación mediática y política de Morena refleja una tendencia que varios observadores han señalado. Al tener el control de la mayoría de los espacios mediáticos y ser el partido dominante en el escenario político actual, Morena ha logrado consolidar una narrativa que en muchos casos predomina en la discusión pública. Esta situación genera la percepción de hegemonía.
El concepto de hegemonía se refiere a una dominación cultural y política en la que un grupo tiene la capacidad de imponer su visión del mundo, lo cual parece ajustarse a cómo Morena ha logrado definir gran parte de la narrativa pública. En términos mediáticos, al contar con aliados estratégicos en medios de comunicación, además de utilizar eficazmente las redes sociales y el acceso a medios gubernamentales, han podido difundir su mensaje de manera masiva y controlar en gran medida cómo se perciben sus acciones.
Sobre la tendencia oligárquica, es una crítica que se ha hecho desde algunos sectores, señalando que el poder tiende a centrarse en un grupo reducido dentro del movimiento. Este argumento sugiere que, aunque Morena se presenta como un movimiento plural y de base, en la práctica, una élite política muy específica controla las decisiones clave, reproduciendo prácticas tradicionales. Tiene en sus entrañas una nueva oligarquía.
En tal contexto, es importante señalar que este tipo de concentraciones de poder en los medios y la política también ha ocurrido en otros momentos de la historia de México, como en la época del PRI en su fase más dominante. No obstante, cada ciclo hegemónico ha tenido un desgaste con el tiempo, especialmente cuando surgen nuevos actores o demandas que no se ajustan a la narrativa dominante.
Es claro que, en Morelos, la narrativa política está siendo impulsada por la gobernadora Margarita González Saravia y la mayoría morenista en el Congreso del estado. Esta situación refleja una concentración de poder que permite a Morena no solo tomar decisiones legislativas, sino también controlar la narrativa pública en la entidad. Al ser la gobernadora una figura clave, tiene una plataforma desde la cual puede establecer la agenda política y comunicativa, mientras que el Congreso, alineado con su partido, refuerza esta hegemonía al aprobar leyes y reformas afines a los intereses oficialistas.
Este control puede generar un entorno en el que se limita el debate plural o se minimizan las voces disidentes, lo que es un riesgo para la diversidad democrática. Sin embargo, también abre la posibilidad para que medios independientes o alternativos jueguen un papel importante en ofrecer una narrativa distinta o crítica, que equilibre la discusión.
Al observar los retos económicos que enfrenta y seguirá enfrentando la administración estatal, es posible que las expectativas creadas durante la campaña se encuentren con limitaciones financieras. Esto puede llevar a que los compromisos de campaña se vean comprometidos. Eso mismo le pasó al PRI, el PAN y el PRD.
Por cierto, el traído y llevado proceso legislativo en el Congreso federal, además de demostrar las dimensiones de la mayoría aplastante de Morena con reformas constitucionales muy profundas, proyecta que los más importantes jerarcas del partido están diseñando las bases para permanecer en el poder, por lo menos, 40 años o más.
A corto y mediano plazo se vislumbra una mayor polarización entre morenistas y “los demás ciudadanos”. Esa soberbia se palpa en infinidad de regiones mexicanas, desde lo macro, hasta lo micro en el ámbito familiar.