Nadie frena la rapacidad de OCRA: doble y hasta triple victimización en Morelos a quienes sufren el robo de sus vehículos
En Morelos, cuando un ciudadano es víctima de robo violento de su automóvil, enfrenta una serie de complicaciones para recuperarlo, especialmente si se acerca al plazo en que la aseguradora debe compensarlo por pérdida total.
En estos casos, una organización llamada Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA), en supuesta colusión con personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), interviene, exigiendo sumas considerables de dinero para devolver los vehículos a sus propietarios. Esto genera en las víctimas la sensación de ser asaltadas nuevamente y estafados hasta por instituciones ministeriales.
Un ciudadano narró cómo fue despojado de su vehículo cuando circulaba por Huitzilac, en una emboscada en la que varios automóviles ralentizaron el tráfico para que un grupo de delincuentes pudiera robarle el automóvil. A pesar de que no resultó herido, el ciudadano tuvo que caminar hasta encontrar ayuda y más tarde presentar la denuncia en la FGE. Al enterarse de que su automóvil “apareció” justo antes de que venciera el plazo de indemnización del seguro, la víctima tuvo que acudir a la OCRA, donde le solicitó 40 mil pesos para entregarle su propio vehículo.
La víctima describió las instalaciones de la OCRA como poco confiables y señaló que, al entregar los documentos, el personal no le proporcionó ninguna justificación formal ni factura por el cobro. A pesar de negarse inicialmente a pagar, finalmente accedió con un descuento, tras la intervención de un abogado, y recuperó su automóvil en malas condiciones. La experiencia dejó al ciudadano con una profunda desconfianza hacia la organización y el corralón, al percibir que estos entes se benefician de las víctimas de robo, cobrando altas sumas sin transparencia ni apoyo para quienes han sido afectados.
El caso refleja una problemática más amplia de inseguridad en Morelos, especialmente en carreteras como la de Huitzilac, donde los asaltos a mano armada parecen ocurrir con frecuencia. Mientras tanto, organizaciones como OCRA y los servicios de grúas y corralones aprovechan esta situación para obtener ganancias de las víctimas, sin que las autoridades estatales garanticen la justicia.
Con información de La Jornada/ Rubicela Morelos