La batalla por el bosque: el impacto de la tala clandestina en los límites de Morelos y la CDMX
LA CRÓNICA DE MORELOS. Miércoles 06 de noviembre de 2024.
La iniciativa de Margarita González Saravia de establecer alianzas estratégicas con sus homólogas de Ciudad de México y Estado de México, así como con autoridades federales, para combatir la tala clandestina y conservar las áreas naturales de Morelos, tiene una relevancia notable tanto en el ámbito ambiental, como en el político. Este esfuerzo refleja un reconocimiento de que los problemas ambientales trascienden las fronteras estatales y requieren una acción coordinada y multilateral. La tala clandestina no solo pone en peligro la biodiversidad, sino que también contribuye al cambio climático y a la pérdida de servicios ecosistémicos cruciales como la regulación hídrica y la calidad del aire.
Desde una perspectiva ambiental, esta colaboración sentará un precedente importante en la región centro del país, que comparte ecosistemas vitales como los bosques de la Sierra de Ajusco-Chichinautzin y otras áreas protegidas. Al trabajar conjuntamente, los estados pueden implementar estrategias más efectivas de vigilancia, reforestación y educación ambiental. Estas áreas naturales no solo son el hogar de diversas especies, sino que también son fundamentales para la provisión de agua para millones de personas en la megalópolis.
En el ámbito político, la alianza subraya el liderazgo de González Saravia en temas ambientales, un campo donde las políticas públicas no siempre han sido prioritarias en Morelos. Además, fortalece su posicionamiento político al alinearse con Clara Brugada y Delfina Gómez, figuras clave de Morena con gran peso en la política nacional. Esto puede traducirse en un apoyo político mutuo, consolidando su gobernabilidad en un contexto estatal donde el predominio de Morena ya es evidente.
La participación de las autoridades federales en esta iniciativa también es estratégica. Permite a Morelos acceder a recursos técnicos y financieros que de otro modo serán limitados, dada la situación económica del estado. Esto es crucial, especialmente si se busca implementar tecnología avanzada para monitorear áreas boscosas y capacitar a las comunidades en prácticas sostenibles. Además, muestra un respaldo del gobierno federal hacia Morelos, lo que podría fortalecer la percepción ciudadana de que las autoridades están comprometidas con el medio ambiente.
Finalmente, en términos sociales, este esfuerzo conjunto tendrá un impacto significativo al empoderar a las comunidades locales, quienes a menudo son las primeras en enfrentar las consecuencias de la deforestación. La tala clandestina está vinculada con redes de delincuencia organizada, y abordarla de manera integral también puede mejorar la seguridad en las zonas rurales. Este enfoque de colaboración puede ser clave para establecer un modelo sostenible y replicable en otros estados.
La región limítrofe entre CDMX y Morelos es clave para la recarga de acuíferos que abastecen a la megalópolis, por lo que su deterioro impacta directamente en el suministro de agua y en la calidad del aire.
Comunidades en los límites de Morelos y la Ciudad de México, como Tlalpan y Huitzilac, enfrentan una creciente inseguridad derivada de enfrentamientos con talamontes y el uso de la violencia para mantener sus operaciones. A pesar de los esfuerzos de vigilancia y reforestación por parte de las autoridades, la falta de recursos y la corrupción dificultan una respuesta efectiva. Este contexto subraya la urgencia de tomar medidas coordinadas entre los gobiernos estatales y federales para proteger estos ecosistemas y garantizar la seguridad.