Áreas Naturales Protegidas en Morelos: ecosistemas bajo amenaza y el reto de su conservación
LA CRÓNICA DE MORELOS. Jueves 07 de noviembre de 2024.
Las áreas naturales protegidas (ANP) de Morelos, como el Parque Nacional Lagunas de Zempoala, el Parque Estatal El Texcal y la Reserva de la Biósfera Sierra de Huautla, enfrentan diversas afectaciones que comprometen su biodiversidad. Entre los principales problemas se encuentran la deforestación, la expansión urbana y agrícola, y la tala ilegal.
Estas actividades generan fragmentación de los ecosistemas, afectando a especies de flora y fauna endémicas y reduciendo los servicios ecosistémicos esenciales, como la captura de carbono y la regulación del ciclo hidrológico. La pérdida de cobertura vegetal disminuye la capacidad de las ANP para mitigar el cambio climático y regular los flujos de agua, lo que puede llevar a sequías más severas o inundaciones, afectando tanto a la biodiversidad como a las comunidades.
Otro problema relevante es la contaminación, tanto por residuos sólidos como por aguas residuales, que afecta los cuerpos de agua y los suelos dentro de las ANP. Por ejemplo, en zonas como Lagunas de Zempoala, la acumulación de basura y la descarga de aguas sin tratamiento han alterado la calidad del agua, poniendo en riesgo a especies acuáticas y a las comunidades humanas que dependen de estos recursos. Este deterioro no solo tiene un impacto ambiental, sino también económico, ya que afecta el ecoturismo.
El cambio climático también exacerba las problemáticas en las ANP de Morelos. Las alteraciones en los patrones de recepción y el aumento de la temperatura influyen en los ecosistemas locales, haciendo que algunas especies pierdan su hábitat o migren hacia áreas con condiciones más favorables. Además, el incremento de incendios forestales, como resultado de la combinación de sequías y actividades humanas, representa una amenaza seria para estas áreas. En 2024, se han reportado incendios que han afectado cientos de hectáreas, complicando aún más la conservación de los ecosistemas.
La falta de recursos y coordinación para la vigilancia y manejo de estas áreas agrava la situación. Aunque existen planes de manejo para varias ANP, su implementación es deficiente debido a limitaciones presupuestarias y falta de personal capacitado. Esto facilita actividades ilegales como la caza furtiva, la extracción de recursos y la ocupación irregular de terrenos. Asimismo, la falta de concientización entre la población local dificulta la adopción de prácticas sostenibles que puedan contribuir a la protección de estos entornos.
En conclusión, las ANP de Morelos están bajo una fuerte presión debido a la combinación de factores humanos y naturales. Para mitigar estas afectaciones, es crucial fortalecer las políticas públicas y la gestión de estas áreas, con un enfoque integral que incluya mayor financiamiento, programas de reforestación, educación ambiental y la participación activa de las comunidades locales.