Silvia Pinal y sus lazos afectivos con Cuernavaca
Silvia Pinal, una de las actrices más emblemáticas del cine mexicano, dejó de existir este jueves 28 de noviembre de 2024 a la edad de 93 años, dejando un legado inolvidable en la industria del espectáculo.
Nacida el 12 de septiembre de 1931, Pinal se convirtió en un ícono del cine de oro mexicano, destacando por su talento, carisma y versatilidad en una carrera que abarcó más de siete décadas. Su partida marca el fin de una era, dejando un vacío en el corazón de sus seguidores y en la cultura popular de México.
Silvia Pinal tuvo una conexión profunda con Cuernavaca, que se remonta a su infancia. Nació en Guaymas, Sonora, pero pasó parte de su niñez en esta ciudad de Morelos, donde cursó la primaria en la escuela Enrique Pestalozzi, ubicada en el centro histórico de Cuernavaca. En 2022, regresó a dicha escuela para recibir la distinción “Venera Cuernavaca”, un reconocimiento que celebra su legado artístico. Este reencuentro fue un momento cargado de nostalgia, ya que se encontró con una de sus antiguas compañeras de clase, recordando así los años 50 y los momentos formativos de su vida.
Además de su vínculo personal, Cuernavaca también se convirtió en un escenario para la carrera cinematográfica de Pinal. En 1956, protagonizó la película “El Inocente” junto a Pedro Infante, donde la ciudad aparece como un lugar de retiro y esparcimiento para la clase alta de la Ciudad de México. La trama muestra a Pinal en el papel de Mané, una joven que, tras una pelea con su novio, viaja a Cuernavaca y se involucra en una serie de malentendidos y un romance inesperado. Esta cinta no solo destacó por su humor y el carisma de sus protagonistas sino también por mostrar la belleza y la atmósfera de Cuernavaca, consolidando así la relación de la actriz con la ciudad en el ámbito profesional.
La relación de Silvia Pinal con Cuernavaca no solo se limitó a su infancia y su carrera en el cine; también tuvo un aspecto más personal y duradero. A lo largo de su vida, Silvia adquirió una propiedad en Cuernavaca, cerca del centro de la ciudad, lo que demostró su afecto por la región. Aunque su vida pública la llevó a vivir en diferentes partes de México y el mundo, Cuernavaca siempre representó un lugar de descanso y recuerdos felices para ella. La actriz, incluso en sus años de actividad política, nunca olvidó sus raíces morelenses, manteniendo así un vínculo eterno con la ciudad que la vio crecer.
Descanse en paz.