LA PRECARIEDAD FINANCIERA DE LA UAEM
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 29 de noviembre de 2024
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en su conferencia de prensa de este viernes, planteó la necesidad de que las universidades públicas revisen su uso de recursos financieros para aplicar medidas de austeridad republicana, destacando específicamente el crecimiento de las burocracias universitarias.
Esta declaración sugiere una crítica a la gestión administrativa de estas instituciones, proponiendo mayor transparencia y eficiencia en el gasto público. Sheinbaum ha insistido en que los recursos deben ser utilizados en actividades sustantivas como la docencia y la investigación, en lugar de en una burocracia que considera excesiva. Esta perspectiva de austeridad es parte de un enfoque que busca continuar con la disciplina financiera del gobierno anterior, bajo el lema de “austeridad republicana”.
Sin embargo, tal postura parece tener una contradicción notable cuando se observa la situación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). La UAEM ha enfrentado una crisis financiera persistente, que se ha agudizado en los últimos años. En 2024, la universidad ha reportado insolvencia para cubrir las prestaciones de fin de año de sus trabajadores, lo cual es solo una de las manifestaciones de su precaria situación financiera. Históricamente, la UAEM ha sido una de las instituciones educativas que forman parte del grupo de universidades con problemas financieros estructurales, donde el déficit presupuestal ha dificultado el pago de nóminas y el mantenimiento de operaciones básicas.
El llamado a la austeridad por parte de Sheinbaum podría interpretarse como una simplificación de la complejidad de los problemas financieros de las universidades públicas. En el caso de la UAEM, la crisis no se debe únicamente a una administración deficiente o a un crecimiento desmedido de la burocracia, sino también a factores externos como la reducción del subsidio federal, los adeudos de los gobiernos estatales y la falta de un plan estructural para abordar déficits acumulados. A finales de 2021, la UAEM, junto con otras seis universidades, se encontraba en una situación crítica, con un déficit que superaba miles de millones de pesos, lo que indica que la austeridad republicana, si bien necesaria para mejorar la eficiencia, no es una solución completa sin un incremento en la financiación o alternativas de ingresos adicionales.
Además, la política de austeridad promovida por Sheinbaum tendrá consecuencias no deseadas en instituciones ya de por sí precarias. La reducción del gasto afectará aún más la calidad de la educación, la retención de personal académico calificado, y el desarrollo de infraestructuras necesarias para el aprendizaje y la investigación. La UAEM, por ejemplo, ha implementado medidas de austeridad desde hace tiempo, como la eliminación de nuevas contrataciones y la optimización de recursos, pero estas no han sido suficientes para resolver la crisis financiera. Esto sugiere que, para universidades en situaciones tan vulnerables, se requiere un enfoque más integral que vaya más allá de la simple reducción de gastos.
La declaración de Sheinbaum puede ser vista como un intento de establecer un marco de responsabilidad fiscal en las universidades, pero sin abordar directamente las necesidades específicas de cada institución. La UAEM necesita no solo ajustar su estructura administrativa, sino también un apoyo financiero más robusto y estrategias a largo plazo para garantizar su sostenibilidad. El equilibrio entre la austeridad y el desarrollo institucional es crucial, y sin un análisis profundo de las causas subyacentes de la crisis financiera de la UAEM, las medidas de austeridad republicana resultarán en un mayor deterioro de su capacidad para cumplir con sus objetivos educativos y sociales.