URIÓSTEGUI: RUTA HACIA 2030
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 12 de diciembre de 2024
José Luis Urióstegui Salgado, el actual alcalde de Cuernavaca, ha cultivado una imagen de político conciliador en un entorno donde los conflictos suelen ser notorios. Su actitud de evitar confrontaciones directas con otras figuras políticas o instituciones ha sido una estrategia efectiva hasta ahora, permitiéndole mantener una relativa estabilidad en su gestión. Esto se ve reforzado por su anuncio reciente de trabajar en colaboración con la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, lo cual sugiere que podría tener un camino despejado para proyectos futuros en la ciudad. Sin embargo, la política en Morelos, como en cualquier otro estado, es volátil y la percepción pública puede cambiar rápidamente dependiendo de cómo se manejen las situaciones futuras.
La presencia constante de Urióstegui en eventos públicos, como este miércoles en el aniversario del Papalote Museo del Niño, demuestra su compromiso con la visibilidad y la cercanía con la comunidad. Este tipo de actividades no solo aumentan su reconocimiento entre los ciudadanos, sino que también le permiten establecer una conexión personal que puede ser crucial en futuras campañas electorales. La aceptación de tantas invitaciones indica una estrategia de posicionamiento mediático que busca mantenerse en el ojo público, lo cual es esencial para un político que aspira a escalar en la jerarquía política.
Actualmente, Urióstegui es uno de los políticos más reconocidos en Morelos, lo que le da una plataforma sólida para aspirar a cargos mayores. Su segundo periodo como alcalde termina en 2027, y dado su perfil y trayectoria, es plausible pensar que buscará una diputación federal. La experiencia en un cargo federal no solo le proporcionaría una mayor visibilidad a nivel nacional, sino que también le permitiría consolidar alianzas políticas que serán fundamentales para una futura candidatura a la gubernatura. El Partido Acción Nacional (PAN), con el cual ha estado asociado, sería su vehículo de ascenso, especialmente si logra formar coaliciones con otros partidos.
El panorama político en Morelos está cambiando constantemente, y aunque Urióstegui ha logrado mantener un perfil bajo de conflictos, no está exento de los desafíos que presentan las coaliciones y las elecciones. La capacidad de Urióstegui para navegar en estas aguas dependerá en gran medida de su habilidad para mantener o ampliar su base de apoyo, lo cual no es tarea fácil en un estado donde la lealtad partidista es volátil y las alianzas políticas pueden cambiar de un ciclo electoral a otro. Su éxito en las próximas elecciones dependerá de cómo maneje estas dinámicas y de su capacidad para traducir su popularidad local en un apoyo más amplio.
La trayectoria de José Luis Urióstegui Salgado parece apuntar hacia una ambición de avanzar en su carrera política, seguramente hacia la gubernatura de Morelos. Insisto: su estrategia de evitar conflictos y mantener una presencia constante en los medios y eventos comunitarios ha sido hasta ahora exitosa. Sin embargo, la política es impredecible, y su capacidad para mantener esta imagen y al mismo tiempo gestionar los desafíos administrativos y políticos de Cuernavaca será crucial. Si logra salir de su segundo mandato con logros tangibles y sin grandes controversias, su camino hacia cargos más altos podría estar bien pavimentado, pero esto dependerá en gran medida de los resultados de su gestión y de la dinámica política estatal en los próximos tres años.
Aunque la sucesión de Margarita González Saravia en 2030 pueda parecer distante, la realidad es que la política y la sociedad en Morelos siempre cambian rápidamente, y antes de que nos demos cuenta, estaremos inmersos en el proceso electoral intermedio de 2027 y luego en la elección para renovar la gubernatura, lo que hará que este horizonte temporal se perciba más cercano de lo que parece. En política las cosas se mueven con demasiada rapidez. A ver.