LOS CIEN DÍAS: ¿ACCOUNTABILITY O PROPAGANDA? (II)
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Viernes 10 de enero de 2025
Ayer comenté sobre los elementos concernientes a la Transparencia y la Rendición de Cuentas, aducidos por los gobernantes como eje en la presentación de sus informes al cumplir sus primeros cien días de mandato. Ahora tocan los relativos a las variables y contenidos para la evaluación de ese primer periodo.
De entrada, la evaluación y el escrutinio suponen, respectivamente, por un lado, la investigación planificada, sistemática y dirigida a obtener datos suficientes, válidos y confiables, útiles para fundamentar juicios objetivos sobre los méritos y la valoración del desempeño gubernamental, así como, por otro lado, la averiguación, bajo perspectivas cuantitativas y cualitativas, de los méritos y resultados en el ejercicio de gobierno.
Suena algo complejo para el común de los opinadores políticos. Y en efecto lo es. No se trata solamente de emitir opiniones subjetivas sobre si tal o cual variables parecen bien o mal, apoyan o no apoyan, reconocen o reprueban, son importantes o no. Esa es solamente la superficie de la evaluación del desempeño gubernamental. De fondo, el objetivo es descubrir si la ejecución de las políticas, a través de los planes y programas, han cumplido o están cumpliendo con alcanzar los logros esperados. Por eso, en su conjunto, los estudios de opinión deben correlacionarse con los datos recabados para llegar a conclusiones válidas acerca de si un gobierno lo ha hecho bien o no, ha cumplido o no y en qué medida.
Pueden ser de dos tipos: interna o externa. La primera, la interna, llevada a cabo por las propias instituciones de gobierno, supone el compromiso del gobernante y de las instituciones a su cargo con la autocrítica. De otra forma, termina siendo solamente la exposición de lo que convenga o el ocultamiento, por silencio o con matización a conveniencia, de suyo ya contraria al ejercicio de la Transparencia y la Rendición de Cuentas. La segunda, la externa, proviene de agentes, individuales o colectivos, de la sociedad civil, ya sean investigadores de instituciones académicas, organizaciones o empresas promotoras del derecho a la información, entre ellas, comunicadores o medios de comunicación independientes, cámaras empresariales y asociaciones nacionales e internacionales, así como organizaciones de la sociedad civil, especializadas en hacer estudios sobre temas de interés público. Lo mismo que para las evaluaciones internas, las externas deben evitar la contaminación del análisis por conveniencias económicas, políticas o ideológicas a fin de ser útiles para encontrar lo que ahora se ha dado por llamar, las áreas de oportunidad.
Muy lejos de pensar en la inocuidad de una primera evaluación a los cien días de gobierno, porque apenas se va comenzando, pues los gobernantes cuentan con el bono democrático de los votos populares en sus triunfos electorales, concebida más bien para difundir un buen inicio de gobierno, ésta, la primera, representa la oportunidad de valorar la pertinencia de continuar o corregir, de apretar o de soltar.
Una evaluación metodológicamente bien diseñada da posibilidades para determinar si la popularidad de un gobernante se corresponde con la solución de los problemas y las demandas de la sociedad. No es un asunto únicamente de popularidad y aceptación, sino también de eficacia y resultados concretos. Y esa será la finalidad de la primera evaluación de Consulting & Research Estadística Aplicada sobre los primeros cien días de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo y Margarita González Saravia, que presentaré en próximas fechas.
Y para iniciados:
Los ojos del mundo estarán puestos hoy al sur del continente americano. Venezuela vive un momento tan complejo como histórico y violento. El gobierno mafioso y asesino de Nicolás Maduro ya solamente cuenta con el respaldo de Rusia, los países árabes, Cuba, Nicaragua y México. Hasta sus antiguos aliados de la izquierda progresista -como Bolivia, Chile, Colombia y Brasil– cuestionan su proceder autoritario. Hasta Donald Trump, quien se había mantenido últimamente al margen, condenó la temporal detención ilegal de la líder opositora Corina Machado y reconoció a Edmundo González como presidente electo. Sin embargo, la única posibilidad de que entregara la presidencia se ve lejana, pues requiere del retiro del apoyo de las fuerzas armadas venezolanas, pero él se siente seguro por haberlas estado comprando y apapachando, haciéndolas cómplices para su permanencia en el poder. Hoy, pase lo que pase, será un parteaguas para Venezuela.
La información es PODER!!!