LA EXTORSIÓN: SUS RAÍCES Y CICATRICES
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 16 de enero de 2025
La extorsión, un delito que corroe el tejido social, se nutre de la vulnerabilidad y el miedo. Su etiología es compleja y multifactorial, entrelazada con dinámicas de poder, desigualdad social y la búsqueda de beneficios económicos a través de la coacción.
Factores como la impunidad, la falta de oportunidades y la normalización de la violencia contribuyen a crear un caldo de cultivo propicio para este delito. Además, la desconfianza en las instituciones y la percepción de corrupción pueden incentivar a los victimarios a actuar al margen de la ley, mientras que las víctimas pueden verse desalentadas a denunciar.
Las secuelas de la extorsión en las víctimas son profundas y abarcan diversas dimensiones. A nivel psicológico, el miedo, la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático son consecuencias comunes. La pérdida de la confianza en los demás y la sensación de vulnerabilidad pueden afectar las relaciones interpersonales y la vida social. En el ámbito económico, la extorsión puede generar pérdidas significativas, endeudamiento e incluso la ruina de negocios. Además, las víctimas pueden verse forzadas a desplazarse o abandonar sus actividades habituales por temor a represalias.
Es fundamental comprender que la extorsión no solo afecta a la víctima directa, sino que también impacta en su entorno familiar y social. Los familiares pueden experimentar sentimientos de culpa, impotencia y miedo, lo que puede generar conflictos y dificultades en la convivencia. A nivel comunitario, la extorsión erosiona la cohesión social, genera desconfianza y limita el desarrollo económico al desincentivar la inversión y el emprendimiento.
Desafortunadamente, Morelos ha experimentado un aumento preocupante en las cifras de extorsión en los últimos años. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2023 se reportaron 236 casos de extorsión en el estado de Morelos. Si bien esta cifra puede parecer baja en comparación con otros delitos, es importante recordar que la extorsión es un delito con un alto índice de cifra negra, es decir, muchos casos no se denuncian por miedo a represalias.
En Cuautla, la extorsión se disparó en un 229 por ciento de 2022 a 2023, principalmente en la modalidad de cobro de piso a comerciantes. Las extorsiones se realizan a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o WhatsApp, donde los delincuentes exigen dinero a cambio de no hacer daño a la víctima o a sus familiares. En algunos casos, se hacen pasar por miembros de organizaciones criminales.
Cualquier persona puede ser víctima de extorsión, pero los comerciantes, empresarios y transportistas son los más vulnerables.
Es importante destacar que las autoridades están trabajando para combatir este delito. Se han desarticulado bandas dedicadas a la extorsión y se han endurecido las leyes para castigar a los responsables. Sin embargo, la participación ciudadana es fundamental para prevenir y denunciar este delito.
Así las cosas, la extorsión es un problema complejo con raíces profundas en la sociedad. Para combatirla eficazmente, se requiere un enfoque integral que aborde sus causas y proporcione apoyo a las víctimas. Es crucial fortalecer las instituciones, promover la cultura de la legalidad y brindar herramientas a la comunidad para prevenir y denunciar este delito.
Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos construir una sociedad más justa y segura, libre del flagelo de la extorsión.