POBRES CONTRA POBRES
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 11 de septiembre de 2023
En México se vive el colapso de un modelo económico diseñado para preservar privilegios, aunque en el gobierno se encuentre un presidente “de izquierda”. Es un modelo atrofiado, injusto, incapaz de rescatar a la nación del tobogán de la descomposición. En este sentido, el impacto de dicho modelo económico en la estructura social ha sido y sigue siendo desastroso. Pareciera que las más altas esferas políticas y oficiales de este país ignoran el enorme riesgo que implica reclutar a nuestros jóvenes para ingresar en el Ejército y enfrentarlos luego a sangre y fuego con los jóvenes que recluta la delincuencia. Pobres contra pobres, ni más, ni menos.
Sobre este delicado asunto escribí el 20 de febrero de 2010, cuando México llevaba casi cuatro años de “guerra contra el narcotráfico”:
“La nación huele a pólvora y a pobreza, y esa mezcla, lo queramos reconocer o no, es angustiosamente peligrosa. La fuerza de las instituciones republicanas no se recupera con el acero de las armas. Se construye con mejor democracia”.
Aquellas palabras son aplicables hoy por todos lados. Hacia donde volteemos hay pobreza, así como la inequitativa distribución del ingreso, la proliferación de cinturones de miseria, desempleo, delincuencia común y organizada, etcétera. Además, a este caldo de cultivo agregaré otro factor de precariedad: la parálisis de casi todos los municipios mexicanos, cuya principal característica es la dependencia absoluta del gobierno federal y los gobiernos estatales, así como la falta de fondos para satisfacer las necesidades sociales en ese segmento que demagógicamente se denomina “la célula básica del sistema político mexicano”.
En el mismo tenor comentaré que el crimen organizado sigue reclutando a más pobres para confrontarlos con las fuerzas federales. Y viceversa. El Ejército Mexicano, la Marina y la Guardia Nacional engrosan sus filas con jóvenes provenientes, en su mayoría, de la sociedad rural.
Hace unos años, el diario Reforma difundió que el Ejército suple sus deserciones y engrosa la tropa con jóvenes que viven en el campo. En el gobierno anterior, la Secretaría de la Defensa Nacional reportó un promedio diario de 24 soldados que abandonaban sus filas, puestos que son ocupados, en su mayoría, por habitantes de las zonas marginadas del país.
Los soldados son la base de la estructura militar y se captan del campo para asegurar que estén el mayor tiempo posible en las filas castrenses, pues son los jóvenes que mejor responden a los beneficios que otorga la dependencia. Se trata de un proceso de reclutamiento en toda la República, principalmente en las áreas marginadas y económicamente vulnerables para captar los recursos humanos necesarios para integrarse al Ejército como soldados. La militarización en múltiples instituciones mexicanas necesita urgentemente esa mano de obra. Este lunes se anunció que la Marina asume el control absoluto del Aeropuerto Internacional de Toluca.
¿Pobres contra pobres en México desde 2006, cuando se declaró la guerra al crimen organizado, hasta ahora? ¿Usted qué opina, amable lector?