EL MERCADO ADOLFO LÓPEZ MATEOS: UN ÍCONO DE PROMESAS ROTAS Y NUEVAS ESPERANZAS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Sábado 12 de abril de 2025
El mercado Adolfo López Mateos (ALM), inaugurado el 1 de agosto de 1964 por el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos, es mucho más que un centro de abastos en Cuernavaca; es un símbolo de la vida económica, social y cultural de Morelos.
Con 60 años de historia, este mercado ha resistido incendios, sismos y el paso del tiempo, pero también ha sido testigo de un desfile de promesas políticas que, en su mayoría, no han pasado de ser palabras vacías. La reunión de este viernes, 11 de abril de 2025, en el Salón Morelos del Palacio de Gobierno, encabezada por la gobernadora Margarita González Saravia, reaviva la esperanza de los comerciantes, aunque el escepticismo persiste tras décadas de decepciones.
A lo largo de los años, el ALM ha sido un escenario recurrente para políticos en campaña que, con discursos grandilocuentes, prometieron rehabilitaciones integrales, mejoras en infraestructura y soluciones a problemas estructurales como el deteriorado domo principal. Sin embargo, estas promesas quedaron mayormente en el aire. Por ejemplo, en 2022, el ahora exgobernador Cuauhtémoc Blanco anunció una ambiciosa remodelación que incluía una inversión de más de 100 millones de pesos, pero los trabajos se estancaron, dejando a los comerciantes con locales provisionales y una obra incompleta que apenas cubrió una cuarta parte de lo planeado. Esta historia de incumplimientos ha generado una desconfianza profunda entre los locatarios, quienes ven en cada nueva administración una mezcla de oportunidad y riesgo.
La reunión de este viernes 11 de abril entre la gobernadora González Saravia, el presidente municipal José Luis Urióstegui Salgado y los comerciantes del ALM marca un intento por romper con este ciclo de promesas vacías. La mandataria expresó un compromiso personal por recorrer el mercado y evaluar de primera mano los daños, una acción que podría diferenciarla de sus predecesores. Además, la presencia de figuras clave como Adolfo Barragán Cena, quien informó sobre el inicio de labores de limpieza, y Víctor Sánchez Trujillo, titular de Desarrollo Económico, sugiere un esfuerzo coordinado para abordar los problemas estructurales y logísticos del mercado. Sin embargo, los comerciantes, curtidos por años de espera, saben que las palabras deben traducirse en hechos concretos para recuperar la confianza.
El anuncio de reuniones periódicas con los locatarios es un paso positivo hacia una comunicación más transparente, algo que ha faltado en administraciones pasadas. El ALM, con sus más de 5,000 comerciantes y 15,000 visitantes diarios, no solo es un motor económico, sino un espacio de convivencia que merece atención prioritaria. Las labores de limpieza ya iniciadas y la auditoría propuesta para revisar el uso de los 32 millones de pesos gastados en la obra inconclusa son señales de que el nuevo gobierno busca actuar con seriedad. No obstante, la sombra de los fracasos anteriores sigue presente, y cualquier plan de rehabilitación deberá superar no solo los retos técnicos, sino también el escepticismo de una comunidad que ha aprendido a dudar de las intenciones políticas.
El mercado Adolfo López Mateos no solo necesita una “manita de gato”, como alguna vez se prometió, sino una intervención integral que respete su importancia histórica y su rol como corazón de Cuernavaca.
La gobernadora González Saravia tiene ante sí una oportunidad de oro para marcar la diferencia, pero también una tarea titánica: transformar un historial de promesas rotas en resultados tangibles. Los comerciantes, por su parte, seguirán vigilantes, aferrados a la esperanza de que esta vez las palabras se conviertan en acciones.