Ocho vehículos dañados en la autopista México-Cuernavaca por piedras colocadas por delincuentes
En un nuevo episodio de inseguridad en las carreteras mexicanas, al menos ocho vehículos sufrieron daños en la autopista México-Cuernavaca, a la altura del kilómetro 34 en la zona de Topilejo, debido a piedras colocadas intencionalmente en el camino.
Según los conductores afectados, esta táctica es utilizada por delincuentes con el objetivo de forzar a los automovilistas a detenerse para asaltarlos. El incidente, reportado este 18 de abril de 2025, ocurrió durante la noche, un horario identificado como de alto riesgo para este tipo de delitos.
A pesar de los operativos de seguridad implementados en la zona, los conductores señalaron la ausencia de policías en el momento del incidente.
Los afectados optaron por no detenerse, priorizando su seguridad, aunque esto resultó en daños materiales a sus vehículos, como llantas ponchadas, parabrisas rotos y afectaciones en la carrocería. Hasta el momento, no se reportan víctimas ni asaltos consumados en este caso específico, pero el incidente refuerza la percepción de inseguridad en una de las autopistas más transitadas del país.
Un modus operandi recurrente
La colocación de obstáculos, como piedras o troncos, en las carreteras es una práctica recurrente empleada por bandas criminales en México para perpetrar robos. En marzo de 2024, automovilistas ya habían denunciado incidentes similares en la misma autopista México-Cuernavaca, alertando que los delincuentes aprovechaban las averías o paradas forzadas para asaltar a los conductores.
Este modus operandi no es exclusivo de esta vía; otras carreteras, como la México-Puebla, México-Querétaro y Arco Norte, también han registrado casos similares, donde los criminales utilizan tácticas como bloqueos improvisados o incluso falsas revisiones policiales para detener a sus víctimas.
De acuerdo con reportes de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), el 75% de los delitos contra transportistas y automovilistas en México ocurren en estados como Puebla, Michoacán, Estado de México y Tlaxcala, siendo también la autopista México-Cuernavaca una de las rutas señaladas como de alto riesgo. En 2019, se estimó que los robos en carreteras costaban a la economía mexicana alrededor de 92,500 millones de pesos (unos 4,800 millones de dólares) anuales, una cifra que ha seguido creciendo debido al aumento de la violencia y la sofisticación de las bandas criminales.
Tras el incidente, no se han reportado detenciones relacionadas con los responsables de colocar las piedras. Conductores y organizaciones ciudadanas han exigido mayor presencia de la Guardia Nacional y patrullajes más efectivos en tramos críticos de la autopista. En respuesta a la inseguridad en carreteras, el gobierno mexicano ha implementado iniciativas como el Programa Carreteras Seguras y la Línea de Alerta Inmediata Contra Robos (LAICA), que buscan coordinar esfuerzos entre la Guardia Nacional, policías locales y el sector privado para prevenir y responder a estos delitos. Sin embargo, transportistas y automovilistas señalan que estas medidas no han sido suficientes para garantizar la seguridad en rutas como la México-Cuernavaca.
Expertos en seguridad, como Scott Stewart de Stratford Global Intelligence, recomiendan a los automovilistas evitar viajar de noche, utilizar carreteras de cuota con mayor presencia policial y no detenerse ante obstáculos sospechosos, aun a costa de daños al vehículo. Asimismo, se sugiere viajar en convoyes o en grupo para reducir el riesgo de ser blanco de los delincuentes. En caso de enfrentar un asalto, las autoridades y analistas coinciden en que lo más seguro es no resistirse, ya que los criminales suelen buscar bienes materiales y no causar daño físico, aunque la violencia en estos delitos ha ido en aumento.
El incidente en la México-Cuernavaca no solo afecta a los conductores involucrados, sino que también genera un impacto económico y psicológico. Los daños a los vehículos representan un gasto inesperado para las víctimas, mientras que el miedo a ser asaltado disuade a muchos de viajar por carretera, afectando el turismo y el transporte de mercancías. Según la Asociación Nacional de Transportistas (ANTAC), el robo de carga en México genera pérdidas anuales de hasta 2,300 millones de pesos (unos 137 millones de dólares), y la falta de operadores dispuestos a transitar rutas peligrosas está agravando la escasez de trabajadores en el sector.