FALLAS EN LOS FILTROS DEL PODER JUDICIAL MEXICANO, UN REFLEJO DE RETOS SISTÉMICOS
LA CRÓNICA DE MORELOS. Martes 22 de abril de 2025.
EDITORIAL
La admisión, este 22 de abril, de Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado mexicano, sobre las fallas en los filtros para evitar que candidatos con posibles nexos criminales participen en la elección del Poder Judicial, pone en evidencia una preocupante vulnerabilidad en el proceso de reforma judicial. Este reconocimiento, lejos de ser un simple mea culpa, destapa una problemática estructural: la falta de mecanismos robustos para garantizar la integridad de quienes aspiran a ocupar cargos en un poder del Estado que debería ser sinónimo de imparcialidad y justicia. La reforma al Poder Judicial, impulsada con la promesa de democratizar y transparentar el sistema, enfrenta ahora un cuestionamiento crucial sobre su capacidad para cumplir con esos ideales si no puede siquiera asegurar la idoneidad ética de sus candidatos.
Estas fallas no son un hecho aislado, sino un síntoma de los desafíos que México enfrenta en su lucha contra la corrupción y la influencia del crimen organizado en las instituciones. La selección de candidatos para el Poder Judicial requiere un escrutinio exhaustivo, no solo de sus credenciales académicas o experiencia profesional, sino de su probidad moral y posibles vínculos con actividades ilícitas. Que el Senado, bajo la dirección de Fernández Noroña, haya delegado responsabilidades al Instituto Nacional Electoral (INE) sin garantizar un proceso hermético, sugiere una peligrosa improvisación en un momento en que la confianza ciudadana en las instituciones está en juego. La oposición, que ha calificado este proceso como un “cochinero”, encuentra en estas declaraciones un argumento para cuestionar la legitimidad de la reforma, lo que podría agravar la polarización política y debilitar aún más la credibilidad del sistema judicial.
Ante este escenario, es imperativo que el Tribunal Electoral actúe con celeridad y firmeza, como lo ha solicitado Fernández Noroña, para retirar los registros de cualquier candidato con antecedentes penales o nexos cuestionables. Sin embargo, más allá de esta medida correctiva, el episodio debe servir como una llamada de atención para fortalecer los procesos de selección y evaluación en todas las instituciones públicas.
La reforma judicial no puede permitirse tropiezos que refuercen la percepción de que el crimen organizado permea los espacios de poder. México necesita un Poder Judicial intachable, y eso comienza con garantizar que quienes lo integren estén libres de cualquier sombra de duda. La admisión de estas fallas es un primer paso, pero solo será significativo si se traduce en acciones concretas que restituyan la confianza en el sistema.