PREVIO AL DÍA DEL NIÑO EN MÉXICO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 28 de abril de 2025
Este 30 de abril celebramos el Día del Niño, una fecha que en México tiene su origen en 1924, cuando el país, tras la firma de la Declaración de Ginebra, se comprometió a proteger los derechos de la infancia. Desde entonces, esta conmemoración busca recordarnos la importancia de garantizar a los niños una vida digna, llena de amor, educación y seguridad. Sin embargo, en un país de contrastes como el nuestro, esta fecha nos invita no solo a festejar, sino a reflexionar sobre las realidades tan distintas que enfrentan los pequeños en México, desde aquellos atrapados en la violencia hasta los que navegan los retos del mundo digital.
En regiones marcadas por la violencia, como Guerrero, Michoacán o Tamaulipas, miles de niños viven realidades desgarradoras. El desplazamiento forzado, producto de conflictos entre grupos armados o de la inseguridad, separa a familias y roba infancias. Según el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, en 2023 se estimaba que más de 20,000 menores en México habían sido desplazados por la violencia. Estos niños, lejos de disfrutar de juegos o escuelas, enfrentan el miedo, la incertidumbre y la pérdida. ¿Cómo celebramos el Día del Niño cuando tantos pequeños cargan con el peso de un país fracturado? Es un llamado urgente a que las autoridades refuercen políticas de protección y atención a estas infancias vulneradas.
Por otro lado, en las ciudades, muchos niños enfrentan una batalla distinta, pero no menos preocupante: el ataque digital y el acoso escolar. Según la UNICEF, cerca del 30% de los estudiantes mexicanos ha experimentado alguna forma de bullying, ya sea en los pasillos de la escuela o en las redes sociales. Pegados a sus celulares, algunos menores se ven atrapados en un mundo de likes, comparaciones y ciberacoso que daña su autoestima y salud mental. Esta hiperconexión, aunque parece menos grave que la violencia física, deja cicatrices profundas. ¿Qué estamos haciendo como sociedad para enseñarles a navegar este mundo digital con resiliencia y empatía?
El Día del Niño no debe ser solo un pretexto para regalar juguetes o dulces. Es un momento para mirar de frente las infancias rotas, ya sea por la violencia que desplaza o por el acoso que lastima en silencio. Hagamos un compromiso: que cada niño, sin importar su realidad, tenga derecho a soñar, a jugar, a crecer sin miedo. Que este 30 de abril nos recuerde que la niñez es el reflejo de nuestro presente y la semilla de nuestro futuro. Por ellos, trabajemos para construir un México donde todas las infancias sean motivo de orgullo y esperanza. Por cierto, alrededor de 350 niños y adolescentes regresan a clases. Enhorabuena.
Este 30 de abril celebramos el Día del Niño, una fecha que en México tiene su origen en 1924, cuando el país, tras la firma de la Declaración de Ginebra, se comprometió a proteger los derechos de la infancia. Desde entonces, esta conmemoración busca recordarnos la importancia de garantizar a los niños una vida digna, llena de amor, educación y seguridad. Sin embargo, en un país de contrastes como el nuestro, esta fecha nos invita no solo a festejar, sino a reflexionar sobre las realidades tan distintas que enfrentan los pequeños en México, desde aquellos atrapados en la violencia hasta los que navegan los retos del mundo digital.
En regiones marcadas por la violencia, como Guerrero, Michoacán o Tamaulipas, miles de niños viven realidades desgarradoras. El desplazamiento forzado, producto de conflictos entre grupos armados o de la inseguridad, separa a familias y roba infancias. Según el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, en 2023 se estimaba que más de 20,000 menores en México habían sido desplazados por la violencia. Estos niños, lejos de disfrutar de juegos o escuelas, enfrentan el miedo, la incertidumbre y la pérdida. ¿Cómo celebramos el Día del Niño cuando tantos pequeños cargan con el peso de un país fracturado? Es un llamado urgente a que las autoridades refuercen políticas de protección y atención a estas infancias vulneradas.
Por otro lado, en las ciudades, muchos niños enfrentan una batalla distinta, pero no menos preocupante: el ataque digital y el acoso escolar. Según la UNICEF, cerca del 30% de los estudiantes mexicanos ha experimentado alguna forma de bullying, ya sea en los pasillos de la escuela o en las redes sociales. Pegados a sus celulares, algunos menores se ven atrapados en un mundo de likes, comparaciones y ciberacoso que daña su autoestima y salud mental. Esta hiperconexión, aunque parece menos grave que la violencia física, deja cicatrices profundas. ¿Qué estamos haciendo como sociedad para enseñarles a navegar este mundo digital con resiliencia y empatía?
El Día del Niño no debe ser solo un pretexto para regalar juguetes o dulces. Es un momento para mirar de frente las infancias rotas, ya sea por la violencia que desplaza o por el acoso que lastima en silencio. Hagamos un compromiso: que cada niño, sin importar su realidad, tenga derecho a soñar, a jugar, a crecer sin miedo. Que este 30 de abril nos recuerde que la niñez es el reflejo de nuestro presente y la semilla de nuestro futuro. Por ellos, trabajemos para construir un México donde todas las infancias sean motivo de orgullo y esperanza. Por cierto, alrededor de 350 mil niños y adolescentes morelenses regresan a clases hoy lunes, en una semana atípica: el miércoles es el día de los chavalitos y el jueves se celebra el Día del Trabajo. A ver.