EL “CUAUH”: ¿LO HARÁ DE NUEVO?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 15 de septiembre de 2023
El gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, anunció que solicitará licencia temporal para ausentarse del cargo, probablemente durante un mes con opción de extender hasta en tres ocasiones esta separación. Primero se inscribirá según las reglas de la convocatoria respectiva y posteriormente buscará contender por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), a través del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El ex seleccionado nacional y ex presidente municipal de Cuernavaca confirmó así lo que algunos medios informativos morelenses hemos manejado, desde hace más de un año, en el sentido de que el hombre nacido en el barrio bravo de Tepito dejaría la titularidad del Poder Ejecutivo para trabajar en la capital mexicana promoviendo el voto a favor de Morena rumbo a La Madre de Todas las Elecciones, a desarrollarse el 2 de junio de 2024. Existe la leyenda de que se comprometió en ello con el presidente López Obrador. Pero una cosa es volver a radicar en CDMX cumpliendo la responsabilidad de impulsar candidaturas de Morena, y otra muy diferente la de ser aspirante a gobernar la gran urbe.
Quiero recordar aquí la charla que tuve aproximadamente en junio de 2022 con mi hermano Eduardo Ángel Cinta Flores, columnista de La Crónica de Morelos, respecto al origen ciento por ciento popular de Cuauhtémoc Blanco y la posibilidad de que decidiera buscar un cargo de elección en la Ciudad de México. Mi carnal apuntó a lo grande aduciendo que “El Cuauh” bien podría buscar la Jefatura de Gobierno. Yo le respondí que eso dependería de las circunstancias políticas del ex americanista, a quien sí vislumbré como prospecto a ser alcalde en Cuauhtémoc. Tras enterarse de la futura decisión del gobernador de Morelos, este miércoles recibí una llamada de Eduardo, quien ni tardo, ni perezoso, me comentó: “¿No que no?”. Y agregó que si Blanco llegara a ser candidato a la Jefatura de Gobierno, ganaría el 2 de junio de 2024. ¿Por qué? Porque sigue teniendo gran arrastre popular. Donde se para en la capital mexicana, propios y extraños le patentizan su admiración, reconocimiento y cariño.
Aquí deseo recordar algunos factores por los cuales Cuauhtémoc Blanco incursionó y ganó en 2015 dentro de la política. Lo haré a partir de la interpretación simbólica donde tiene relevancia el futbol. Ahí se insertan los ciudadanos que en dos procesos electorales han votado por él. Y es que existe una serie de personajes notorios que destacan en los campos del arte, la ciencia, el deporte y el espectáculo y que, a pesar de no tener ningún poder real, sí consiguen un protagonismo mediático creciente y pueden convertirse en modelos de referencia para una parte de la ciudadanía.
Para entender todavía más el fenómeno les recomiendo un libro titulado “La Era del Futbol” (Editorial Sudamericana, Argentina, 1998), del sociólogo e historiador argentino Juan José Sebreli, donde hace una brillante descripción sobre los hinchas. Todos sabemos que un hincha es el partidario entusiasta o fanático de alguien, especialmente de un equipo deportivo.
Se trata de los segmentos sociales que votaron en 2015 y 2018 a favor de Blanco (y quizás lo volverían a hacer) emitiendo un sufragio emocional, hastiados por determinados partidos, ante el discurso de ciudadanización del ex seleccionado nacional y en contra de los políticos. Son quienes hoy todavía simpatizan con él y le piden autógrafos o fotos cada vez que los visita. Escribió Sebreli:
“El hincha se limita a su club. Es dogmático. Cree porque cree (…) Su raciocinio escapa a la gravitación de otra fuerza que no sea su ciega pasión por su club. Frente a la realidad formulará las consideraciones más pueriles y absurdas para sacar adelante sus tesis siempre favorables a su pasión. El hincha es (quizás) un individuo atormentado por su falta de identidad, por el débil sentimiento de continuidad y mismidad de su yo, por la incompleta organización de su personalidad (…) A través de un confuso e indefinido yo, trata de encontrar una relativa estabilidad identificándose con alguna imagen del mundo circundante: el equipo de futbol”.
Y dentro de este contexto –de barra brava- se ha desarrollado el todavía gobernador de Morelos, quien en 2015 desplazó a connotados políticos de profesión. Ha sido un personaje disruptivo en Morena.
¿Lo volverá a hacer en CDMX? Probablemente sí.