UN NUEVO HORIZONTE PARA LA JUSTICIA EN MORELOS: EL LIDERAZGO CONCILIADOR DE JUAN EMILIO ELIZALDE
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Sábado 7 de junio de 2025
La toma de protesta del magistrado Juan Emilio Elizalde Figueroa como presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Morelos marca un hito significativo para la estabilidad institucional y la lucha contra la inseguridad en el estado. Su designación, avalada por el Congreso estatal tras un periodo de crisis interna en el Poder Judicial, refleja un paso hacia la reconciliación y el fortalecimiento de una de las columnas fundamentales del sistema integral de seguridad pública: la administración de justicia.
Elizalde Figueroa, como magistrado decano, ha demostrado un talante conciliador al tender la mano a todos los magistrados, promoviendo la unidad y el respeto al Pleno como máxima autoridad judicial, según lo estipulado en la Constitución. Esta postura, lejos de buscar revanchas, pone de manifiesto su compromiso con la gobernabilidad y la institucionalidad, valores esenciales para consolidar un Poder Judicial sólido y confiable.
La declaración del magistrado Elizalde sobre la inseguridad como un “cáncer difícil de extirpar” no solo evidencia su clara comprensión de los desafíos que enfrenta Morelos, sino también su disposición a abordarlos desde un enfoque colaborativo. Al aceptar la invitación de la gobernadora Margarita González Saravia para integrarse a la Mesa Estatal para la Construcción de Paz, demuestra una voluntad firme de alinear los esfuerzos del TSJ con los del Poder Ejecutivo, el Legislativo y otras instituciones clave, como las fiscalías, el Ejército y la Guardia Nacional. Esta integración es crucial, pues la ausencia de representación judicial en la Mesa de Seguridad había generado un vacío que dificultaba el seguimiento de casos relacionados con la seguridad pública. Su incorporación a partir del lunes representa una oportunidad para reforzar la coordinación interinstitucional, asegurando que la justicia se administre de manera pronta, expedita e imparcial.
El enfoque conciliador de Elizalde Figueroa es particularmente relevante en un contexto donde el Poder Judicial de Morelos ha enfrentado divisiones internas y acusaciones de corrupción. Al rechazar cualquier tipo de represalia contra los magistrados que no asistieron a sesiones previas y al instar a quienes tengan pruebas de irregularidades a presentarlas ante las instancias correspondientes, el nuevo presidente del TSJ envía un mensaje claro de transparencia y respeto por el estado de derecho. Este liderazgo busca cerrar un capítulo de parálisis en el Poder Judicial y abrir uno nuevo, orientado hacia la unidad y la eficiencia, con miras a la renovación del sistema judicial a través del voto popular en 2027. Su compromiso con la gobernabilidad no solo fortalece la confianza en las instituciones, sino que también sienta las bases para una justicia más accesible y participativa.
La gobernadora Margarita González Saravia, por su parte, ha reconocido la designación de Elizalde Figueroa como un paso hacia la estabilidad institucional, destacando la importancia de mantener una coordinación efectiva entre los tres poderes del Estado. Su llamado a trabajar de la mano con el nuevo presidente del TSJ refleja una visión compartida de priorizar la seguridad y el bienestar de los morelenses. Este esfuerzo conjunto es esencial para apuntalar las cuatro columnas del sistema de seguridad pública: prevención, procuración, administración de justicia y reinserción social. Cuando alguna de estas columnas flaquea, como ha sucedido con las recientes dificultades en el TSJ, el sistema entero se resiente. La llegada de Elizalde Figueroa, con su enfoque integrador y su compromiso con la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, ofrece una oportunidad única para consolidar este pilar y avanzar hacia un Morelos más seguro y justo.
En conclusión, la designación de Juan Emilio Elizalde Figueroa como presidente del TSJ de Morelos abre una ventana de oportunidad para fortalecer el sistema de seguridad pública en el estado. Su liderazgo conciliador, su compromiso con la transparencia y su disposición a colaborar con el Poder Ejecutivo y otras instituciones son señales alentadoras de un cambio positivo.
La Mesa Estatal para la Construcción de Paz, ahora con la participación activa del Poder Judicial, puede convertirse en un espacio clave para diseñar estrategias integrales que aborden la inseguridad desde sus causas hasta sus consecuencias. Con este nuevo capítulo, Morelos tiene la posibilidad de avanzar hacia una transformación profunda, donde la justicia, la seguridad y el bienestar ciudadano sean las prioridades que guíen el trabajo conjunto de sus instituciones.