LAS DECLARACIONES DE LOS NARCOS Y SUS EXPECTATIVAS
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Jueves 3 de julio de 2025
Sí, es cierto. Vivimos tiempos inéditos. Aunque haya quienes insistan en afirmar una simple vuelta al pasado, no es así. Si bien pudieran equipararse sucesos del presente con los del siglo anterior, los de ahora guardan complejidades y alcances no vistos, inimaginados.
Un ejemplo, la captura y procesamiento judicial de Ovidio Guzmán López, hijo de uno de los más famosos narcotraficantes mexicanos, “El Chapo”. Si bien es considerado como una pieza del rompecabezas, junto con sus otros dos hermanos, ha resultado de una importancia mayúscula para el combate de las autoridades estadounidenses contra el tráfico de sustancias ilícitas, en particular, el fentanilo.
Ya sabíamos, así ha ocurrido históricamente, de los acuerdos de colaboración en calidad de testigos protegidos, de diferentes capos del crimen organizado, aportando información sobre quienes se encuentren en niveles superiores de los grupos delictivos a cambio de protección y reducción de condenas. Incluyen medios de subsistencia, residencia legal y nuevas identidades, que suelen incorporar a los miembros más cercanos de su familia: pareja, hijos, hermanos y padres.
Pero el caso de Guzmán López rebasa a los anteriores. Por primera vez, podría incluir a un mayor número de familiares, de los que se sabe por lo menos 19 ya se encuentran en territorio norteamericano y bajo protección oficial.
Pero el asunto no es tan simple como declararse culpable, como ya lo hizo Ovidio, y prometer información a cambio de los beneficios. No. Funciona de la siguiente manera:
La información debe ser útil para proseguir la persecución contra líderes criminales de mayor rango, permitir el rastreo de las operaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero y de las redes de protección o colusión, de individuos o empresas, públicas o privadas.
En el sistema de justicia norteamericano, las declaraciones bajo juramento de decir verdad, tanto por escrito como ante los jueces y jurados, son consideradas de un alto valor probatorio. Constituyen pruebas plenas y son difícilmente rebatibles o desestimables. En décadas más o menos recientes, hasta dos presidentes estuvieron a punto de ser removidos de sus cargos por haber declarado falsamente, Nixon y Clinton.
Bastan esas declaraciones firmadas para sustentar las sentencias de las cortes. Por eso, cobran una relevancia inédita los testimonios no sólo de Ovidio, sino de sus hermanos, del Mayo Zambada, de Caro Quintero y una treintena de capos que ya se encuentran presos y bajo procesos y acusaciones similares.
Finalmente, como resulta inentendible el crecimiento, la expansión y la impunidad de las organizaciones criminales sin la colusión o permisividad de altos funcionarios de los gobiernos, lo que declaren estos personajes podría estremecer a las cúpulas políticas y derivar en una crisis de credibilidad tan inédita como sus detenciones.
Y PARA INICIADOS:
Sin embargo, vale la pena preguntarse por qué los estadounidenses no han desarrollado una cacería de la misma intensidad contra los cárteles que operan dentro de su territorio, las empresas e instituciones financieras norteamericanas que se han prestado o coludido para el blanqueo de capitales. Ayer mismo, un ex jefe de operaciones de la DEA, Mike Vigil, declaró que es precisamente Estados Unidos el país donde se lava la mayor cantidad de dineros provenientes del narco. Otra vez: ¿que se haga la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre?
La información es PODER!!!