UN PASO HACIA LA DIGNIFICACIÓN POLICIAL EN MORELOS: OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS
LA CRÓNICA DE MORELOS. Lunes 11 de agosto de 2025.
EDITORIAL
La reciente publicación en el Periódico Oficial Tierra y Libertad sobre los incentivos económicos para los elementos de la Policía Preventiva en Morelos, que operan bajo el Convenio de Mando Coordinado, representa un esfuerzo significativo por reconocer la labor de quienes enfrentan diariamente los retos de la seguridad pública. Los montos de hasta 50 mil pesos por acciones de alto impacto, como detenciones de objetivos prioritarios o rescates en casos críticos, y de 25 mil pesos por labores excepcionales, buscan no solo premiar el desempeño, sino también dignificar una profesión marcada por el riesgo y la presión social.
Este tipo de iniciativas, enmarcadas en el Eje Rector Seguridad, Justicia y Construcción de Paz del Plan Estatal de Desarrollo 2025-2030, refleja un compromiso con el fortalecimiento institucional y la mejora de las condiciones laborales de los policías, un paso crucial en un estado que enfrenta desafíos persistentes en materia de seguridad. Sin embargo, el éxito de esta medida dependerá de su implementación.
La asignación de un presupuesto de 15 millones de pesos para 2025 es un punto de partida, pero plantea interrogantes sobre su suficiencia y sostenibilidad. En un contexto donde Morelos lidia con problemas estructurales de seguridad, como la presencia de grupos delictivos, el presupuesto podría agotarse rápidamente si se premian múltiples acciones de alto impacto. Además, la falta de claridad sobre cómo se seleccionarán los beneficiarios de estos incentivos podría generar percepciones de favoritismo o inequidad entre los elementos policiales, lo que minaría la moral y la confianza en el programa. Es imperativo que el gobierno estatal establezca criterios transparentes y objetivos, respaldados por un proceso de evaluación riguroso, para garantizar que los reconocimientos lleguen a quienes verdaderamente lo merecen.
Otro aspecto positivo es el enfoque en acciones que no solo combaten el crimen, sino que también priorizan la atención a víctimas vulnerables, como en casos de secuestro o trata de personas. Este componente humano refuerza la idea de una policía más empática y comprometida con los derechos de las víctimas, lo cual es esencial para reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones de seguridad. No obstante, los incentivos económicos por sí solos no abordan problemas estructurales más profundos, como la necesidad de capacitación continua, equipamiento adecuado o salarios base competitivos. Sin una estrategia integral que combine estos elementos, los incentivos podrían percibirse como una solución temporal que no transforma las condiciones laborales de fondo.
La inclusión de reconocimientos públicos junto con los incentivos económicos es un acierto, ya que fortalece la imagen de la policía ante la sociedad y puede contribuir a cambiar la narrativa negativa que a menudo rodea a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, el gobierno debe ser cauteloso para evitar que la búsqueda de resultados visibles derive en prácticas que prioricen detenciones espectaculares sobre labores preventivas o de investigación a largo plazo. Un enfoque desbalanceado podría desincentivar el trabajo estratégico y preventivo, que es igualmente crucial para reducir la incidencia delictiva en Morelos. La sostenibilidad de esta iniciativa, además, dependerá de la capacidad del gobierno para garantizar un presupuesto recurrente más allá de 2025, evitando que el programa se convierta en una promesa efímera.
En resumen, la iniciativa de incentivos para la Policía Preventiva en Morelos es un paso esperanzador hacia la dignificación de una profesión esencial, pero su impacto real dependerá de una ejecución transparente, sostenible y complementada con mejoras estructurales. El gobierno de Morelos tiene una oportunidad única para sentar un precedente en la profesionalización policial, pero debe acompañar esta medida con inversiones en capacitación, infraestructura y condiciones laborales. Solo así se logrará no solo premiar el heroísmo individual, sino también construir un sistema de seguridad pública más sólido y confiable que responda a las necesidades de la ciudadanía y fortalezca el tejido social del estado.