Aeroméxico clama por acción ante el caos en el AICM: México bajo la lupa internacional
Ciudad de México, 12 de agosto de 2025. El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el principal nodo aéreo del país, amaneció sumido en el caos. Las lluvias torrenciales que azotaron la capital el domingo 10 y la madrugada del martes 12 de agosto convirtieron las pistas en espejos de agua y las terminales en refugios improvisados para miles de pasajeros varados.
En medio de este escenario, Aeroméxico, la aerolínea bandera de México, alzó la voz con un llamado urgente y respetuoso a las autoridades federales y al Gobierno de la Ciudad de México, exigiendo acciones inmediatas para garantizar el funcionamiento de una infraestructura que, una vez más, mostró su fragilidad ante la naturaleza.
El domingo, el AICM suspendió operaciones por muchísimas horas debido a la acumulación de agua en las pistas. La escena se repitió la madrugada del martes, cuando, desde las 2:13 hasta las 6:00 de la mañana, despegues y aterrizajes quedaron paralizados. Más de 120 vuelos sufrieron demoras, 16 fueron desviados a aeropuertos alternos como el Felipe Ángeles (AIFA), Acapulco y Querétaro, y al menos tres fueron cancelados. Cerca de 19,500 pasajeros, entre turistas, familias y viajeros de negocios, quedaron atrapados en un limbo de esperas interminables, filas caóticas y maletas apiladas en los pasillos.
Las imágenes de personas durmiendo en el suelo, compartidas en redes sociales, se convirtieron en un eco global de la frustración. “Es increíble que, a menos de un año del Mundial de 2026, demos esta imagen a los turistas”, lamentó una pasajera en Twitter.
Aeroméxico, consciente de su papel como rostro de México en el escenario internacional, actuó con rapidez para reacomodar a los afectados, pero no sin advertir que la temporada de lluvias, apenas en sus primeras semanas, podría agravar la situación. En un comunicado emitido el martes, la aerolínea señaló que estas afectaciones son “ajenas a su operación” y apuntó directamente a la infraestructura del AICM, administrada por la Secretaría de Marina, y al sistema de drenaje de la ciudad, bajo la responsabilidad del gobierno capitalino. “Hacemos un llamado respetuoso y urgente para tomar acciones que garanticen el correcto funcionamiento del AICM”, declararon, poniendo el dedo en una llaga que lleva años sin sanar.
El problema no es nuevo. El AICM, que mueve cerca de 45 millones de pasajeros al año, ha enfrentado críticas constantes por su saturación y falta de mantenimiento. En 2025, apenas se destinaron 6.5 millones de pesos para mitigar inundaciones, una cifra irrisoria frente a la magnitud del problema.
La saturación del drenaje, las vialidades colapsadas alrededor del aeropuerto y la falta de inversión en infraestructura moderna han convertido las lluvias en una pesadilla recurrente. Mientras tanto, el Aeropuerto Felipe Ángeles, ubicado a 50 km de la capital, emerge como una alternativa que, aunque operativa, no logra captar la preferencia de pasajeros y aerolíneas debido a su lejanía.
En el contexto internacional, el caos en el AICM no pasa desapercibido. México, que se prepara para ser anfitrión del Mundial de 2026, enfrenta ahora un escrutinio incómodo. La prensa extranjera, como El País, describió al aeropuerto como “desbordado” y “paralizado”, mientras que en redes sociales se avivó el debate sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, un proyecto que prometía modernidad y mayor capacidad. Las críticas también apuntan al uso de la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) para pagar la deuda del NAIM, en lugar de invertirse en el AICM. “Es una vergüenza que el aeropuerto más importante del país colapse así”, escribió un usuario en Twitter, resumiendo el sentir de muchos.
El llamado de Aeroméxico no es solo un grito de auxilio, sino un reflejo de la urgencia de actuar antes de que la temporada de lluvias, que según la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, “será peor en septiembre”, agrave la crisis. Con el Mundial en el horizonte, México está bajo la lupa internacional.
La pregunta no es solo si el AICM podrá soportar el diluvio, sino si el país logrará demostrar que está listo para recibir al mundo. Por ahora, los pasajeros varados, las pistas inundadas y el eco del comunicado de Aeroméxico son un recordatorio de que el tiempo para actuar se agota, gota a gota.
