DE LA CORRUPCIÓN A LA TRANSPARENCIA: LA TRANSFORMACIÓN DE LA UAEM BAJO VIRIDIANA LEÓN HERNÁNDEZ
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 20 de agosto de 2025
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), bajo la rectoría de Viridiana Aydeé León Hernández, ha marcado un punto de inflexión en su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, especialmente al contrastar con periodos anteriores, como la administración de Alejandro Vera Jiménez (2012-2018), que estuvo marcada por señalamientos de grave corrupción.
La entrega de los estados financieros y avances académicos 2024 a la Cámara de Diputados, en un acto conjunto con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), refleja un esfuerzo sostenido por fortalecer la confianza ciudadana en la gestión de los recursos públicos. Este ejercicio, no solo cumple con una obligación legal, sino que también posiciona a la UAEM como un referente en la mejora de la gobernanza universitaria, un cambio significativo respecto a las prácticas opacas del pasado.
La gestión de León Hernández, como presidenta de la Región Centro Sur de la ANUIES, destaca por su énfasis en la fiscalización integral y la atención a una matrícula de aproximadamente 450,000 estudiantes en siete universidades públicas estatales. Desde 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha intensificado su escrutinio, pasando de auditar 32,642 millones de pesos en 2019 a 92,485 millones en la última revisión, abarcando diversos programas federales. Este aumento en el alcance de las auditorías, que ahora incluyen revisiones integrales de subsidios y participaciones federales, evidencia un marco más robusto de vigilancia que contrasta con la falta de controles efectivos durante la administración de Vera Jiménez, donde las irregularidades financieras fueron un problema recurrente.
Un logro notable de la UAEM bajo la actual administración es la reducción drástica en las observaciones emitidas por la ASF, pasando de un 13% de recursos observados en 2019 a tan solo un 0.54% en la auditoría más reciente. Este avance, con un 77% de las observaciones solventadas antes de concluir las auditorías, refleja la implementación de políticas y lineamientos que fortalecen la gestión administrativa y la vigilancia de los recursos. Comparado con el periodo de Vera Jiménez, donde las acusaciones de desvío de fondos y falta de transparencia empañaron la reputación de la universidad, esta evolución demuestra un compromiso tangible con la integridad y la eficiencia en el uso de los recursos públicos, alineándose con los principios de austeridad y responsabilidad social.
La UAEM no solo se ha enfocado en cumplir con las auditorías, sino que ha impulsado una visión transformadora de la educación superior como motor de movilidad social y desarrollo sostenible. León Hernández subrayó que las universidades públicas son espacios para construir una sociedad más justa e igualitaria, un discurso que contrasta con las prioridades de administraciones pasadas, donde los escándalos financieros opacaron los logros académicos. La entrega de informes académicos junto con los estados financieros auditados refuerza esta narrativa, mostrando que la UAEM no solo gestiona bien sus recursos, sino que también avanza en su misión educativa, atendiendo a miles de estudiantes y fomentando la investigación, con casi el 50% de las investigaciones nacionales provenientes de universidades estatales.
Sin embargo, persisten desafíos que la UAEM debe abordar para consolidar estos avances. La alta dependencia de recursos federales, con un 97% del presupuesto destinado a nómina, limita la capacidad de las universidades para expandir su infraestructura y cobertura. Aunque la actual administración ha mostrado avances significativos en comparación con el periodo de Vera Jiménez, la sostenibilidad de estas mejoras dependerá de una mayor colaboración con la Cámara de Diputados para asegurar presupuestos adecuados. La UAEM, bajo el liderazgo de León Hernández, ha sentado bases sólidas para una gobernanza transparente, pero el reto será mantener este rumbo en un contexto de presiones económicas y demandas sociales crecientes, asegurando que la universidad continúe siendo un pilar de transformación social sin caer en las prácticas del pasado.