ESFUERZO CONTRA LA INSEGURIDAD EN MORELOS: EL BALANCE DE URRUTIA LOZANO
LA CRÓNICA DE MORELOS
OPINIÓN
Viernes 12 de septiembre de 2025
A casi un año de la administración de la gobernadora Margarita González Saravia, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Morelos, Miguel Ángel Urrutia Lozano, ha demostrado un compromiso tangible en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia común. Su trayectoria previa en la Secretaría de Seguridad federal, donde ocupó cargos clave en prevención del delito y análisis estratégico, le ha permitido coordinar operativos efectivos con la Secretaría de Defensa Nacional, la Guardia Nacional y los ayuntamientos locales. No obstante, objetivamente, los resultados iniciales deben medirse contra el contexto de un estado que arrastra altos índices de violencia heredados de administraciones pasadas, donde Morelos registró más de mil cien homicidios dolosos en los primeros meses de 2024. Esta coordinación interinstitucional es un avance, pero su impacto real en la reducción de delitos requiere datos cuantificables más allá de las declaraciones oficiales.
El nombramiento de Urrutia Lozano, impulsado por el secretario federal Omar García Harfuch —quien, oriundo de Cuernavaca, ha colaborado estrechamente con él en temas como la investigación de asesinatos de alto perfil—, refleja una estrategia de continuidad con el gobierno federal. González Saravia, en pleno acuerdo con las instancias nacionales, designó a Urrutia en septiembre de 2024 para encabezar la recién elevada Comisión Estatal de Seguridad a secretaría, enfatizando un “Decálogo de Dignidad” que incluye mejores condiciones para los policías. Críticamente, esta designación ha evitado vacíos de poder durante la transición, pero también expone la dependencia de Morelos en perfiles federales, lo que podría limitar la autonomía local si no se fortalece la capacitación endógena de elementos estatales.
Sin duda, falta mucho por hacer en un panorama donde la extorsión, el robo de vehículos y los homicidios persisten como desafíos estructurales. Urrutia ha rechazado cualquier pacto con el crimen organizado, afirmando que se denunciarían de inmediato, y ha impulsado reestructuraciones en el sistema penitenciario para combatir la corrupción interna. Sin embargo, una evaluación objetiva revela que, pese a operativos como el “Mando Coordinado” en Cuautla con más de mil 500 elementos desplegados, los indicadores de seguridad no muestran una caída drástica. Esto subraya la necesidad de enfoques preventivos más robustos, como programas de proximidad social, que complementen las acciones represivas y aborden las raíces socioeconómicas de la violencia en el estado.
La comparecencia de Urrutia ante la LVI Legislatura del Congreso local, programada para el 18 de septiembre a las 14:00 horas, representa una oportunidad clave para rendir cuentas. Aprobada por la Comisión de Seguridad Pública, esta sesión permitirá al secretario informar sobre avances desde octubre de 2024, incluyendo el rechazo a negociaciones ilícitas y el apoyo a policías mediante exámenes de confianza. Críticamente, los diputados deben ir más allá de la escucha pasiva y cuestionar métricas concretas, como la tasa de detenciones efectivas y la recuperación de vehículos robados, para validar si el esfuerzo se traduce en paz tangible para los morelenses.
Finalmente, para potenciar estos esfuerzos, el Congreso debe aprobar un mayor presupuesto para la SSPC en el Paquete Económico 2025, que asciende a más de 38 mil millones de pesos para el estado en general, priorizando recursos tecnológicos como inteligencia artificial para rastreo criminal y equipo forense. Paralelamente, la Fiscalía General de Morelos requiere inversión adicional en investigaciones, dado que el sistema penal acusatorio depende de pruebas ministeriales sólidas. Si los legisladores se convencen de esta urgencia —más allá de sesgos partidistas—, podrían catalizar una transformación real; de lo contrario, el optimismo inicial por Urrutia podría diluirse en promesas incumplidas, perpetuando la vulnerabilidad de Morelos.