¡ORALE PRESIDENTA! HAY QUE PONERSE EL ACORDEÓN
¡GRACIAS A DIOS ES VIERNES!
19 de septiembre 2025
Eduardo Ángel Cinta Flores
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En México donde los abusos del poder no son episodios aislados, sino prácticas frecuentes, los cambios a la Ley de Amparo, al Código Fiscal de la Federación y a la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa propuestos en la iniciativa que enviara al Senado la presidenta Sheinbaum mientras se gritaba Viva México, amenazan con dejar en la indefensión a miles de personas frente a actos arbitrarios del poder público.
El amparo es cimiento fundamental del constitucionalismo mexicano, ha sido herramienta recurrente del ciudadano indefenso. Tema por demás critico e importante ya que modificaciones a la Ley de Amparo impactan negativamente a los ciudadanos al limitar el acceso a la justicia y la defensa de sus derechos fundamentales.
Tema sustancial que debe ser tratado por especialistas y organismos jurisprudenciales que adviertan que estas reformas, son “retro”, que debilitan la protección contra actos de autoridad, que ponen en riesgo derechos colectivos y afectan la eficacia de las resoluciones judiciales, contraviniendo los principios de progresividad de los derechos humanos.
Dice el Diccionario Jurídico Mexicano de la UNAM La progresividad asegura que, una vez que un derecho humano ha sido reconocido y se ha alcanzado un nivel de protección, ese nivel no puede ser disminuido. En cambio, el Estado debe buscar siempre la forma de fortalecer la protección y garantía de esos derechos, buscando su plena realización.
Los especialistas advierten que los riesgos son mayores que los beneficios. Si bien se reconoce el esfuerzo de modernizar la Ley de Amparo y fortalecer la legitimación colectiva, preocupa que la iniciativa contenga disposiciones regresivas que chocan con la Constitución y los tratados internacionales firmados por México en materia de derechos humanos.
Es importante enfatizar que esta ley puede ser atacada a través de una acción de inconstitucionalidad o bien inaplicada como una consecuencia de no atender estos puntos y que la reforma sea aprobada tal cual está propuesta en estos momentos, implicada por los jueces al realizar un control de convencionalidad.
Esta iniciativa de modificación jurídica hace recurrente los términos técnicos, nuevamente apelo al Diccionario Jurídico para definir a la “convencionalidad”: se refiere a la obligación que los Estados tienen de interpretar y aplicar su derecho interno de acuerdo con los estándares de derechos humanos establecidos en tratados y convenciones internacionales, como la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Por ello los juristas, todos, deben hacer un llamado al Congreso a revisar con responsabilidad estos puntos, abrir espacios de parlamento abierto y escuchar a expertos antes de aprobar una reforma que, en sus términos actuales, podría significar un retroceso en la protección ciudadana.
Por cierto, el presidente de la Comisión de Justicia del Senado, Javier Corral Jurado, senador por Morena, el miércoles, informó que se convocará a un Parlamento Abierto a fin de analizar la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum para reformar la Ley de Amparo, ya que se trata de un tema de la mayor relevancia, por lo que se ha decidido, a toro pasado, abrir la discusión y escuchar las inquietudes y preocupaciones en torno a la propuesta.
Aquí entre nos: Aparece hoy en La Jornada la siguiente nota: “Desde el sexenio pasado, Andrés Manuel López Obrador, por conducto de su secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pidió la destitución de Hernán Bermúdez Requena, entonces secretario de Seguridad Pública de Tabasco, tras descubrirse que no cumplía con sus funciones y se estaba vinculando con grupos de la delincuencia organizada, reveló la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo” hasta aquí el apunte periodístico.
Vaya berenjenal que se le armó al líder de la bancada morenista en la Cámara de Senadores Adán Augusto, él, desde un principio negó haber tenido conocimiento de los actos ilícitos, así como haber renunciado al exsecretario Bermúdez. La Doctora Sheinbaum en lugar de andar sudando calores ajenos y empinando al implicado, debe aplicarse en lo que sabe hacer muy bien, negociar lo correspondiente en el nuevo tratado que surja entre los tres países de Norteamérica.
Amigos la semana tiene siete días y … gracias a Dios ¡es viernes!