SEGUNDO AÑO DE LIDERAZGO FEMENINO: DESAFÍOS PENDIENTES EN SEGURIDAD, POBREZA Y CORRUPCIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 1 de octubre de 2025
Este miércoles 1 de octubre de 2025, México conmemora el arranque del segundo año de gobierno de dos mujeres que han marcado un antes y un después en la historia política del país: la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia. Ambas, pioneras en sus respectivos cargos —la primera mujer en la Presidencia de la República y la primera en la Gubernatura de Morelos—, inician esta etapa con el peso de expectativas históricas y el desafío de transformar promesas en realidades tangibles.
En un contexto donde la paridad de género se ha impuesto como norma, su liderazgo no solo representa un avance simbólico, sino una prueba de fuego para las instituciones democráticas, que deben demostrar que las voces femeninas pueden navegar las turbulencias del poder sin diluirse en ellas.
El hito que encarnan Sheinbaum y González Saravia trasciende lo personal para convertirse en un espejo de la sociedad mexicana, donde la representación femenina en los altos niveles de gobierno ha sido una batalla ganada a pulso.
Sheinbaum, con su trayectoria científica y política forjada en la Ciudad de México, asumió el mando nacional en medio de un país polarizado, mientras que González Saravia, con raíces en la militancia social de Morelos, irrumpió en un estado marcado por la violencia y la desigualdad. Su segundo año se presenta como un momento pivotal: no solo para rendir cuentas sobre los primeros 12 meses, sino para redefinir agendas que prioricen la equidad y la inclusión. En la era digital, donde cada decisión se viraliza al instante, estas líderes tienen la oportunidad de usar las plataformas web para conectar directamente con la ciudadanía, fomentando un diálogo que vaya más allá de los despachos oficiales.
Sin embargo, persisten las tres vulnerabilidades estructurales que definen el pulso de sus administraciones: la seguridad pública, que sigue siendo el talón de Aquiles de México. A nivel federal, Sheinbaum enfrenta un panorama de homicidios que exhibe altibajos, heredado de gestiones previas y agravado por el crimen organizado; en Morelos, González Saravia lidia con focos rojos en municipios como Cuernavaca y Jiutepec, donde la impunidad erosiona la confianza ciudadana. Estas no son meras estadísticas: son vidas truncadas y comunidades aterrorizadas que demandan estrategias integrales, desde la inteligencia policial hasta la prevención social, sin caer en el ciclo de militarización que ha caracterizado debates nacionales.
Otra herida abierta es el combate a la pobreza, un flagelo que afecta a más de 40 millones de mexicanos y que en Morelos se agrava por la migración y la falta de oportunidades laborales. Sheinbaum ha impulsado programas como la pensión universal para adultos mayores, pero su segundo año exige medir impactos reales en la canasta básica y el empleo formal, especialmente en regiones indígenas y rurales. González Saravia, por su parte, debe escalar iniciativas locales de microcréditos y educación técnica para contrarrestar la brecha que deja a miles en la informalidad. En un formato web, donde las historias de superación pueden inspirar masivamente, estas líderes podrían amplificar testimonios de beneficiarios para humanizar las cifras y generar empatía colectiva.
Finalmente, la lucha contra la corrupción emerge como la vulnerabilidad más insidiosa, un cáncer que permea desde los ayuntamientos hasta el Congreso federal. Sheinbaum prometió una “austeridad republicana” elevada a la enésima potencia, pero enfrenta resistencias internas que cuestionan la depuración de dependencias como Pemex o la Fiscalía. En Morelos, González Saravia hereda un historial de desvíos en obra pública que exige auditorías transparentes y alianzas con la sociedad civil. Superar estos retos no solo consolidará su legado, sino que validará el liderazgo femenino como catalizador de cambio profundo.
En este segundo año, con el escrutinio de redes sociales y medios digitales, México espera que estas mujeres conviertan las debilidades en fortalezas, tejiendo un futuro donde la integridad y la justicia no sean excepciones, sino la norma.