La captura de “El Vara” representa un duro golpe al crimen organizado en Morelos; empero, llevaba 12 años operando en total impunidad
En conferencia de prensa celebrada la mañana de este martes en Cuernavaca, Morelos, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del estado, Miguel Ángel Urrutia Lozano, reveló detalles adicionales sobre la captura de un presunto alto mando del crimen organizado en la región oriente.
Se trata de José Antonio “N”, mejor conocido como “El Vara”, un operador clave en la generación de inestabilidad y delitos graves en varios municipios locales.
La detención se llevó a cabo el domingo pasado en el municipio de Cuautla, una zona agrícola y comercial en el corazón de Morelos, donde las autoridades federales y estatales coordinaron un operativo conjunto basado en inteligencia.
Junto a “El Vara”, de 35 años, fueron apresados cuatro hombres adultos —identificados provisionalmente como Víctor Manuel “N” (32 años), entre otros— y una adolescente de 16 años, todos presuntamente vinculados a sus actividades ilícitas. Durante el aseguramiento, se incautaron armas de fuego, vehículos y posible evidencia de narcóticos, aunque los detalles completos del decomiso aún se analizan.
“El Vara” encabeza el grupo delictivo “Los Acapulcos”, una célula operativa que funciona como filial de la más amplia organización “Guerreros Unidos”, un cártel surgido en 2010 en los estados de Guerrero y Morelos, conocido por su rol en el tráfico de drogas sintéticas como el fentanilo y metanfetaminas, así como por su implicación en masacres y desapariciones forzadas, incluyendo el trágico caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.
Este grupo ha extendido su influencia en Morelos, disputando plazas con rivales como Los Tlacos o La Familia Michoacana, lo que ha escalado la violencia en corredores clave para el trasiego de estupefacientes hacia el centro del país.
Según Urrutia Lozano, “El Vara” llevaba al menos 12 años de trayectoria criminal en la entidad, posicionándose como uno de los principales generadores de violencia en Cuautla, Yautepec, Yecapixtla y Temixco, con un enfoque en extorsiones a comerciantes y transportistas, homicidios por ajuste de cuentas, y distribución de droga a nivel local. No es la primera vez que cae en las redes de la justicia: en 2010 y 2015 fue detenido por violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego, y en 2018 por delitos contra la salud relacionados con posesión de narcóticos. Recientemente, en septiembre pasado, un juez lo vinculó a proceso por feminicidio en grado de tentativa en Tlaltizapán, lo que subraya su historial de agresiones contra mujeres y civiles.
Esta captura forma parte de la estrategia integral de seguridad impulsada por el gobierno de Morelos en coordinación con la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República (FGR), que busca desmantelar células de extorsión y narcotráfico en la zona oriente, una de las más afectadas por la fragmentación de carteles en los últimos años.
Urrutia Lozano enfatizó que el golpe representa un avance significativo contra la impunidad, pero alertó que persisten desafíos, como la recluta de menores —evidenciada en esta operación— y la necesidad de mayor inversión en prevención social. Los detenidos serán puestos a disposición de la FGR por delitos de delincuencia organizada, posesión ilegal de armas y lo que resulte de las investigaciones en curso.
