Balacera y bloqueos en Atlatlahucan: autoridades neutralizan intento de rescate por parte de “La Empresa”; transportistas, coludidos
En un incidente que generó alarma en la zona oriente de Morelos, elementos de las fuerzas de seguridad estatales lograron restablecer el orden público en Atlatlahucan tras un intenso tiroteo y un bloqueo vial orquestado por presuntos integrantes de la célula criminal conocida como “La Empresa”.
El suceso, ocurrido este 5 de noviembre de 2025, se desencadenó como respuesta inmediata a la captura de dos sospechosos vinculados al grupo delictivo, lo que provocó más de 150 disparos en las inmediaciones del campus de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), cerca de escuelas y áreas residenciales, sin que se registraran heridos o víctimas fatales.
Los hechos iniciaron con un operativo coordinado entre diversas dependencias policiales, que resultó en la detención de un hombre y una mujer presuntamente implicados en actividades ilícitas. Minutos después, un contingente armado descendió de vehículos y abrió fuego al aire para sembrar confusión y presionar por la liberación de los capturados.
Paralelamente, transportistas de Atlatlahucan y el vecino municipio de Totolapan se sumaron a la acción, utilizando autobuses y mototaxis para obstruir los accesos principales sobre la carretera México-Cuautla, aislando temporalmente el poblado y afectando el tránsito vehicular en una ruta clave para la región.
Esta táctica de “presión social” no es nueva para “La Empresa”, un grupo delictivo que opera principalmente en Totolapan y Atlatlahucan, y que se presume encabezado por Jupiter Araujo, alias “El Barbas”.
Según informes de autoridades locales, la organización ha utilizado estrategias similares en el pasado, como el bloqueo de vialidades hace unos meses en Totolapan, para intimidar y negociar la excarcelación de sus miembros.
El colectivo criminal, con presuntos lazos al Cártel de Sinaloa y la Unión Tepito, se ha especializado en extorsiones a transportistas y robo de vehículos en la zona oriente de Morelos, donde la violencia por disputas territoriales ha escalado durante los últimos años.
De hecho, en mayo de 2025, se reportó que estas bandas colocaban “calcomanías” en unidades de transporte para marcarlas como objetivo de cobros irregulares, lo que ha generado suspensiones de servicios y refuerzos federales en la región, incluyendo el despliegue de 1,200 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército en Cuautla.
Las autoridades actuaron con rapidez: los detenidos fueron evacuados de inmediato del sitio, resguardados brevemente en la comandancia de Torre XXI en Cuautla y trasladados a un centro seguro para ser presentados ante el Ministerio Público de la Fiscalía Regional Oriente.
Allí, se les imputarán cargos por delitos como asociación delictuosa y portación ilegal de armas, mientras peritos recolectan indicios balísticos en la escena del tiroteo.
“No se encontraron personas lesionadas ni que hubieran perdido la vida”, confirmaron las fuerzas de seguridad, enfatizando que el operativo conjunto evitó una escalada mayor.
Con el desalojo de los bloqueos y el cese de las detonaciones, la tranquilidad regresó gradualmente a Atlatlahucan, un municipio de apenas 20,000 habitantes que ha sido epicentro de tensiones por la infiltración de grupos criminales en actividades económicas locales, como el transporte público.
Este episodio subraya la persistente inseguridad en Morelos, donde el mapa del narco revela una fragmentación de células que compiten por control territorial, afectando directamente a la población civil y obligando a intervenciones federales recurrentes.
