LA FOTO DE SHEINBAUM EN LAS BOLETAS: ¿AHORRO PÚBLICO O ESTRATEGIA ELECTORAL DE MORENA?
LA CRÓNICA DE MORELOS. Miércoles 12 de noviembre de 2025.
E D I T O R I A L
En un movimiento que ha encendido el debate político en México apenas días antes de cerrar el 2025, el partido Morena ha propuesto adelantar la consulta de revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum del 2028 al 6 de junio de 2027, coincidiendo exactamente con las elecciones intermedias federales y locales. La iniciativa, impulsada por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar y respaldada públicamente por la propia Sheinbaum, busca modificar las fracciones VIII y IX del artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Oficialmente, el argumento central es el ahorro de recursos públicos: se estima que unificar procesos electorales podría ahorrar hasta 5 mil millones de pesos, dinero que, según Ramírez Cuéllar, se destinaría a necesidades prioritarias en lugar de “polarizar al país con tantas elecciones”.
Esta no es una idea nueva en el imaginario de la Cuarta Transformación; recuerda la frustrada intención de 2019 de sincronizar la revocación de Andrés Manuel López Obrador con las elecciones de 2021, un plan que la oposición bloqueó y que terminó en una consulta aislada en 2022 con baja participación.
La propuesta ha ganado tracción rápidamente dentro de Morena. El coordinador de la bancada morenistas en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, la defendió con vehemencia, calificándola de “ética, jurídica y constitucional”, y descartando cualquier “plan con maña” que enturbiara el proceso democrático. Sheinbaum, por su parte, la describió como “una buena iniciativa” durante una conferencia matutina reciente, aunque enfatizó la necesidad de un análisis profundo en el Legislativo para garantizar su viabilidad.
El ahorro no es el único atractivo: al realizar la consulta en mitad del sexenio presidencial —cuando la aprobación de Sheinbaum ronda el 70 por ciento según encuestas recientes—, se busca maximizar la participación ciudadana, que en la revocación de AMLO apenas alcanzó el 17 por ciento. Unificarla con la renovación de 500 diputados federales, 17 gubernaturas, alcaldías y, por primera vez, la elección de jueces por voto popular, podría elevar la afluencia a las urnas al 60-70 por ciento, similar a elecciones intermedias pasadas, beneficiando así la maquinaria electoral de la coalición Sigamos Haciendo Historia.
Sin embargo, la controversia no se hace esperar, y el epicentro radica en la mecánica misma de la boleta electoral. En México, las consultas de revocación incluyen la fotografía oficial del presidente en cuestión, como ocurrió en 2022 con AMLO, para facilitar la identificación y el voto sí/no. Si esta reforma prospera, la imagen de Sheinbaum aparecería de nuevo en las boletas del 2027, no como candidata, sino como figura central de una pregunta directa: “¿Estás de acuerdo en que Claudia Sheinbaum Pardo se le revoque el mandato?”. Críticos de la oposición, como los del PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, lo ven como una jugada maestra de propaganda supraliminal —o más bien, explícitamente visible—.
No se trata de mensajes ocultos, sino de un “efecto arrastre” calculado: los votantes que acudan a las casillas motivados por la popularidad de la presidenta transferirían ese apoyo a los candidatos de Morena en los demás cargos, consolidando su dominio en un año clave donde se prevé un posible desgaste por reformas controvertidas como la judicial. “Es un blindaje electoral disfrazado de austeridad”, han argumentado voces opositoras, recordando que la foto actúa como una aprobación gratuita en medio del proceso, violando potencialmente la neutralidad del Instituto Nacional Electoral (INE).
Las implicaciones para 2027 son profundas. Morena, que arrasó en las presidenciales de 2024 con Sheinbaum al frente, busca no solo ahorrar, sino congelar cualquier erosión en su base de apoyo antes de que el sexenio avance. Estados en disputa como Veracruz, Durango o Yucatán podrían inclinarse aún más hacia el partido guinda, mientras la oposición teme perder terreno en un contexto de alta polarización.
Analistas independientes señalan que, aunque la reforma ahorra dinero, el verdadero valor radica en la visibilidad: la presencia de Sheinbaum en las boletas recordaría a los electores su legado de continuidad con AMLO, impulsando la lealtad partidista en un momento en que encuestas preliminares muestran un ligero descenso en la intención de voto para Morena debido a desafíos económicos y de seguridad.
La discusión en el Congreso se ha pausado temporalmente por presiones opositoras, pero podría resurgir en 2026, cuando el debate sobre la minuta de reformas se intensifique. En última instancia, esta propuesta encapsula la tensión entre eficiencia democrática y cálculo político en la era de la 4T. Si se aprueba, no solo redefinirá el calendario electoral, sino que pondrá a prueba los límites de la revocación como herramienta de rendición de cuentas. ¿Será recordada como una medida austera que fortaleció la democracia participativa, o como la maniobra que permitió a Morena capitalizar la imagen de su líder para un dominio prolongado? El 2027, con o sin foto, lo dirá todo.
