EL DÍA QUE LA CORTE LE QUITÓ LA EXCUSA A LOS MACHOS DE MORELOS
LA CRÓNICA DE MORELOS
Miércoles 26 de noviembre de 2025
E D I T O R I A L
El 25 de noviembre de 2025 la Suprema Corte hizo algo que nadie se había atrevido antes: le puso nombre y apellido a once municipios que, en pleno siglo XXI, nunca han tenido una presidenta municipal. Axochiapan, Ayala, Cuautla, Jantetelco, Jojutla, Ocuituco, Tetecala, Tlalnepantla, Tlaquiltenango, Yautepec y Zacualpan de Amilpas dejarán de ser feudos eternamente masculinos. A partir de las elecciones de 2027, en ese bloque solo podrán competir mujeres. Punto. La Corte no pidió permiso ni se disculpó: simplemente dijo que la igualdad sustantiva no espera a que los partidos “encuentren” candidatas.
La ministra Loretta Ortiz lo explicó sin rodeos: la paridad formal ya existe en el papel, pero en la realidad los hombres siguen copando las alcaldías “competitivas”.
Los partidos, esos grandes defensores de la democracia cuando les conviene, corrieron a llorar a la Corte alegando “discriminación inversa”. La respuesta fue unánime y contundente: no es regresivo corregir siglos de exclusión. Es justicia correctiva. Y cuando el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz calificó la medida como “radical pero necesaria”, dejó claro que la Corte ya se cansó de pañitos de agua tibia.
Lo más irónico es escuchar a los dirigentes varones de todos los partidos quejarse de que “no hay suficientes mujeres preparadas” en esos municipios. La misma frase que usaron hace veinte años, hace diez, hace cinco. La Corte les acaba de quitar la última excusa: ahora tendrán que buscarlas, formarlas y postularlas, porque no habrá varón que pueda ocupar esas candidaturas. Es la primera vez que una sentencia obliga a los aparatos partidistas a hacer lo que juraron que ya hacían.
Esta resolución llegó en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y tiene sabor a revancha histórica. No es casualidad. Es un recordatorio de que la violencia no solo son golpes: también es impedir que la mitad de la población gobierne la otra mitad.
Morelos, tierra de Zapata y de tantas promesas rotas de igualdad, hoy da un paso que debería replicarse en cientos de municipios del país donde la presidencia municipal sigue siendo coto privado de varones.
Que nadie se confunda: esto no es el fin del patriarcado municipal, pero sí es un golpe seco en la mesa.
Once mujeres tendrán garantizado el derecho a competir sin el lastre histórico de ser “la candidata” frente a “los candidatos”. Y cuando en 2027 una de ellas tome protesta en Cuautla o en Jojutla, recordaremos que la democracia a veces necesita que alguien más valiente que los partidos la rescate de sus propias inercias.
Hoy ese alguien fue la Suprema Corte. Mañana, tendrán que ser ellas.
