ACUERDO HISTÓRICO PROTEGERÁ EL ACUÍFERO CUERNAVACA Y EL BOSQUE DEL AGUA
AGENDA DIARIA
Por Regina M. Cinta Becerril
Miércoles 08 de enero de 2025
El convenio firmado ayer martes entre las gobernadoras de Morelos, CDMX y Estado de México para proteger el Bosque del Agua, ahora declarado Reserva Nacional Protegida, es un hito crucial en la gestión de los recursos hídricos del centro de México.
Este ecosistema, que abarca unas 800 mil hectáreas, es fundamental porque actúa como un pulmón natural que alimenta a 11 mantos acuíferos, entre los cuales se encuentra el Manto Acuífero Cuernavaca. Este manto es especialmente significativo para Morelos, ya que provee agua potable a una gran parte de su población y sostiene actividades económicas como la agricultura y el turismo. La protección del Bosque del Agua asegura la recarga de estos acuíferos, lo que es vital en un contexto de creciente demanda hídrica y desafíos climáticos.
La importancia del convenio radica no solo en la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos del Bosque del Agua, sino también en la colaboración interinstitucional que promueve. El acuerdo implica un compromiso conjunto para detener la tala ilegal, controlar el crecimiento urbano desordenado y prevenir la contaminación que afecta negativamente a los mantos acuíferos. Esto es particularmente relevante para el Acuífero Cuernavaca, que ha experimentado presiones por sobrexplotación y contaminación. La coordinación entre estas tres entidades gubernamentales abre la puerta a estrategias más efectivas de manejo del agua, monitorización de los recursos y aplicación de políticas ambientales sostenibles que beneficien a millones de habitantes.
Además, el convenio puede tener un impacto significativo en la mitigación de fenómenos como la subsidencia (hundimiento del suelo) y la escasez de agua, problemas que han sido notorios en la región morelense. El Acuífero Cuernavaca, al ser uno de los principales beneficiarios de las aguas del Bosque del Agua, podría ver una mejora en su capacidad de recarga, lo que a largo plazo significará una disminución en la profundidad de los pozos y una mejor calidad del agua extraída. Este acuerdo también incentivará prácticas de conservación más rigurosas y proyectos de restauración ecológica, no solo en el área del manto acuífero de Cuernavaca sino en toda la reserva, promoviendo así un equilibrio ecológico necesario para la sostenibilidad hídrica de la región.
Por lo demás, la firma de este convenio envía un mensaje claro sobre la prioridad que se le está dando a la protección de los recursos naturales en un contexto donde el agua es cada vez más un bien escaso y valioso. La colaboración entre CDMX, Estado de México y Morelos para proteger el Bosque del Agua y sus mantos acuíferos, incluyendo al crucial Manto Cuernavaca, es un ejemplo de cómo la cooperación puede conducir a soluciones efectivas para problemas compartidos. Este compromiso no solo asegura el bienestar presente de la población, sino que también es una inversión en el futuro, garantizando que las generaciones venideras tengan acceso a agua limpia y suficiente, lo cual es esencial para la vida y el desarrollo sostenible de la región.
Para que tengan ustedes una idea sobre la importancia del Acuífero Cuernavaca y su relación con nuestras vidas, la Comisión Nacional del Agua ha ejecutado investigaciones sobre la descarga natural comprometida del Manto, la cual asciende a alrededor de 125. 1 millones de metros cúbicos anuales. En 2013, el volumen anual de extracción, según los títulos de concesión inscritos allá y entonces en el Registro Público de Derechos del Agua (REPDA) de Conagua, era de 211.5 millones de metros cúbicos al año. Eso significa ¡un chingo de agua!, que lamentablemente los morelenses, por estar desinformados, no valoramos. No lo hacemos, por ejemplo, cuando observamos los factores depredadores de nuestra riqueza natural y no lo denunciamos, y tampoco en tiempo de estiaje, durante el cual solo arremetemos en contra de los ayuntamientos y sus sistemas operadores de agua, sin saber que detrás de esa sequía subsistirá siempre el riesgo de que la recarga de nuestro Acuífero no se consiga.