ALEJANDRA FLORES Y LA CUÑA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Sábado 9 de marzo de 2024
Este jueves por la noche se difundió la lista de candidatos a presidentes municipales y diputados locales del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Hoy solo quiero referirme al caso de Cuernavaca, capital morelense a la cual, durante muchos años, le hemos asignado el título de “Joya de la Corona”, por ser su gobierno municipal una arcadia disputada por propios y extraños cada tres y seis años, como ocurre hoy en día. Le explico.
Durante más de cinco décadas de ejercicio profesional he atestiguado muchísimos procesos electorales. Siempre, cada tres y seis años, se trata de una cruenta lucha por el poder, a lo largo y ancho de Morelos.
Desde luego, la mayor disputa se intensifica sobre ámbitos donde existen recursos financieros, materiales y humanos, así como opciones para la realización de lucrativos negocios. Sin recursos, no hay disputa, ni centenares de mujeres y hombres obcecados en ocupar cargos públicos cuyo objetivo fundamental quizás sea servirle a la sociedad, pero la realidad también ha exhibido a no pocos personajes interesados en cumplir la máxima expresada algún día por el periodista y filósofo veracruzano Héctor “El Tlacuache” Garizurieta, en el sentido de que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. “A mí pónganme donde hay”, dirían otros.
El 2 de junio de 2024 se llevará a cabo “La Madre de Todas las Elecciones”, sobrenombre que le he asignado a esos comicios debido a la cantidad de cargos de elección popular a disputarse en una sola jornada electoral. A nivel nacional serán más de 30 mil, mientras que en Morelos votaremos para elegir a una gobernadora, tres senadores, cinco diputados federales, dos más por la vía plurinominal, 20 diputados locales, 33 presidentes municipales, tres ediles de condición étnica (regidos por usos y costumbres), 36 síndicos y un número indeterminado de regidores.
Según lo hemos observado en elecciones anteriores, el cargo de presidente municipal o alcaldesa de Cuernavaca es el objetivo de muchas mujeres y hombres, así como de dirigentes de ciertos partidos. En tiempos electorales le llamamos “La Joya de la Corona”, simple y sencillamente porque la capital morelense, a pesar de sus múltiples problemas financieros, dispone de cantidades nada despreciables de recursos públicos. Aquí es donde abundan los tiradores, esos hombres y esas mujeres que, parafraseando a “El Tlacuache” Garizurieta, gritan: “¡A mí pónganme donde hay!”. La gran mayoría de presidentes municipales ha salido con su situación económica resuelta, para ellos y la de varias generaciones de su descendencia. No veo la razón por la cual, en 2024, vayan a cambiar las cosas.
José Luis Urióstegui Salgado, el actual presidente municipal de nuestra ciudad, buscará la reelección por la alianza del PAN, PRI y PRD. Será fuertemente apoyado por la candidata a la gubernatura de esa coalición, Lucy Meza Guzmán, enterada sobre la densidad electoral en el territorio, así como en toda la zona metropolitana. Los municipios involucrados generan más del 50 por ciento de los votos requeridos para llevar a alguien a la gubernatura.
A esa oposición deberá enfrentarse Alejandra Flores Espinoza como candidata a alcaldesa, pero si Morena no va cohesionado hacia las elecciones, será muy difícil su triunfo. En 2021, por el divisionismo de este partido y el rechazo de que fue objeto Jorge Argüelles Victorero por algunos grupos morenistas locales, entre ellos la corriente denominada “rabinismo”, fue posible que Urióstegui se levantara con la victoria. Existe la leyenda de que dicho “rabinismo” promovió el voto de castigo hacia Argüelles, cosa nada lejana de la realidad.
Alejandra Flores Espinoza, desde mi modesta opinión, fue una salida de último momento por parte de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena al haberse complicado la designación del candidato definitivo. Cabe subrayar que es una mujer caracterizada por su don de gentes y sencillez.
Presuntamente hubo una encuesta, cuya existencia y metodología nadie conoce, pero los finalistas habían sido Sergio “Checo” Pérez Flores y Javier Bolaños Aguilar, a quienes se ubicó en un empate. Sobra decir que en el fondo yacía una disputa por Cuernavaca entre dos bandos: el de la actual dirigencia morenista, con Ulises Bravo Molina al frente, y el de Margarita González Saravia, candidata a la gubernatura, con la investidura de coordinadora de la transformación en Morelos. Y el asunto reventó cuando todo apuntaba al “destape” de Bolaños, frente a la creciente animadversión (como en 2021) de infinidad de miembros de la base electoral de Morena. Aparecieron entonces el 6 de marzo, en conferencia de prensa, “Checo” Pérez, Ana Cecilia Rodríguez, Eduardo Galaz y Jaime Juárez López. Todos representando a la corriente de Ulises Bravo, oponiéndose a la designación de Bolaños.
Al parecer vino a Cuernavaca un representante de Morena nacional para “poner orden” y fue así como la solución salomónica favoreció a Alejandra Flores, quien siempre estuvo en segundo lugar de las encuestas, según sabemos.
Pero es importante recordar las cosas por su nombre: el conflicto lo generó la incorporación de Javier Bolaños Aguilar en la elección interna, pues era de sobra sabido que a comienzos de noviembre de 2023, a escasos días de la postulación de Margarita González Saravia como candidata a la gubernatura, Bolaños se había reunido con el dueño del partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, para ofrecerle su candidatura en Cuernavaca… a cambio de un precio que Dante no estuvo dispuesto a pagar. Fue así como Bolaños apareció sorpresivamente, el 11 de noviembre, en la primera conferencia de prensa de Margarita como coordinadora de la transformación en nuestra entidad. Ustedes ya saben cómo le fue ante las agudas preguntas de nuestros colegas sobre su presencia ahí, ese día.
Bolaños, quien se caracteriza por un carácter hostil y majadero, amén de que es bastante vengativo, fue panista recalcitrante. Ocupó cargos relevantes y de mucha confianza en el gobierno de Estrada Cajigal, durante el sexenio 2000-2012. Cuenta la leyenda que este personaje le acercaba bellas chicas al novel mandatario, sabedor de que eran su debilidad. En 2018 contendió por la alcaldía de Cuernavaca representando al PAN y a Movimiento Ciudadano, perdiendo. En 2021 apoyó la candidatura de Sergio Estrada Cajigal a alcalde de nuestra multicitada capital, esta vez por el extinto partido Fuerza México. Sin embargo, al ser rechazado como primera opción en la postulación de candidato para Cuernavaca, metido a fuerza en el reciente proceso de Morena, Bolaños Aguilar fue designado candidato a síndico municipal en la fórmula que encabezará Alejandra Flores Espinoza.
Aquí debo decir lo siguiente, con el respeto y el cariño que le tengo a Margarita González Saravia: no había ninguna necesidad de apuntalar a Bolaños como sucedió, pues esto proyecta ser una imposición. Sin embargo, me parece que algún contacto de Bolaños en Ciudad de México lo llevó hasta la oficina de Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, quien con calzador lo incrustó en el proceso. Debió ser alguien con mucho peso específico como para imponerlo a Margarita con tantísimo ahínco. El caso de Bolaños bien podría asemejarse al de Arnulfo Montes Cuén, pero recargado.
Pero, en fin. Ahora todos los morenistas de Cuernavaca, incluidos los futuros candidatos a todos los cargos locales de elección popular, deberán cohesionarse alrededor de Alejandra Flores Espinoza, con el objetivo de que no se repita la historia de 2021 y surja el voto de castigo hacia la candidata a alcaldesa. El 15 de abril iniciará la campaña, para concluir el 29 de mayo. Queda poco tiempo para sanar heridas y buscar la unidad.