ALICIA VÁZQUEZ LUNA: ¡SUERTE, MAESTRA!
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 14 de febrero de 2025
La noticia sobre la renuncia de Alicia Vázquez Luna como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Cuernavaca (SEPRAC), dejará un vacío considerable en el ámbito de la seguridad pública de nuestra capital. Sin embargo, quiero aprovechar este momento para rendir homenaje a una mujer cuya integridad ha sido un faro en tiempos de turbulencia. Recordemos que, en columnas pasadas, he destacado a Vázquez Luna como un ejemplo de honestidad y moralidad, cualidades que no solo son escasas, sino vitales para el servicio público.
En una ocasión, escribí sobre su enfrentamiento con la corrupción mientras era titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Morelos. Vázquez Luna no dudó en denunciar a diputados locales que protegían a delincuentes y a funcionarios públicos que abusaban de su autoridad. Su valentía para hablar la verdad, incluso en entornos privados y bajo amenazas de represalia, fue y sigue siendo un testimonio de su compromiso inquebrantable con la justicia. Este acto no solo demostró su integridad, sino también su disposición a poner en riesgo su posición por defender lo correcto.
Su integridad fue puesta a prueba cuando, allá y entonces, fue convocada a comparecer ante el Congreso de Morelos. Ahí, enfrentó una oleada de misoginia y ataques personales, pero salió del recinto con la frente en alto, sin haber sido removida de su cargo. Esto reflejó no solo su capacidad para resistir la presión política, sino también su determinación para mantenerse fiel a sus principios éticos. La dignidad con la que manejó esa situación fue algo que siempre he admirado y he resaltado en mis escritos anteriores.
Hoy, al anunciar su renuncia por motivos de salud, el Ayuntamiento de Cuernavaca no solo pierde a una funcionaria, sino a una guardiana de la integridad. La labor de Vázquez Luna en Cuernavaca, aunque breve en comparación con su legado, ha dejado una marca indeleble. Bajo su dirección, se implementaron estrategias de seguridad que buscaban no solo la reducción de la delincuencia, sino también el fortalecimiento de la confianza ciudadana en las instituciones de seguridad.
Alicia Vázquez Luna se va, pero su ejemplo de integridad perdurará. Es mi esperanza que su legado sirva como inspiración para los futuros servidores públicos de nuestro estado. Su renuncia es una pérdida para Cuernavaca, pero su integridad y su trabajo serán recordados y celebrados. En mis columnas, siempre he defendido que la verdadera fortaleza de un líder radica en su capacidad para ser honesto y justo, y Alicia Vázquez Luna ha sido, sin duda, un modelo de estos valores.