ALTAS TEMPERATURAS Y VIOLENCIA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 16 de abril de 2024
Hace casi un año, el 3 de mayo de 2023, escribí sobre la estrecha relación de las altas temperaturas con el notorio incremento del índice delictivo. Aunque ustedes no lo crean, a mayor calor, más criminalidad y crecimiento exponencial de la violencia.
En aquella columna me referí a investigaciones científicas que comprueban la relación del clima con las conductas antisociales. Esto parece una exageración, pero no es así. Basta hacer una somera somera revisión a los recientes hechos criminales en Morelos, sobre todo a los homicidios dolosos, para comprobar la relación de las altas temperaturas con la reiterada comisión de actos ilícitos.
Entre otras cosas escribí lo que el filósofo francés Barón de Montesquieu propuso, en 1748, que “las leyes debían guiarse por el clima, porque las diferentes condiciones atmosféricas tenían efectos diversos en las personas”. “Especialmente el viento del este -escribía Montesquieu- tenía consecuencias fatales: llevó a muchos ingleses al suicidio (…) Su contemporáneo enciclopedista Voltair incluso mencionó el tiempo como causa de la caída de dos gobernantes ingleses: Karl I no hubiera sido decapitado ni Jakob II hubiera sido depuesto de no ser por los ‘devastadores efectos’ del viento del este”.
La reciente edición de la Gaceta de la UNAM (15 de abril de 2024) contiene un extenso reportaje titulado “¿Las altas temperaturas nos hacen más violentos?”, del cual transcribiré varios párrafos. La publicación señala que los primeros meses del 2024 han estado marcados por un alza en la temperatura en diversas zonas del país.
“De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, estados como Campeche, Chiapas, Colima, Hidalgo, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán experimentarán en los próximos días temperaturas máximas de 40 a 45 grados Celsius. En otros, como Coahuila, el suroeste del Estado de México, Guanajuato, el suroeste de Puebla y Quintana Roo, el termómetro oscilará entre los 35 y 40 grados”.
La situación no es muy diferente en el mundo. Copernicus, el servicio de vigilancia climática de la Unión Europea, reveló que “marzo de 2024 fue el más cálido en el ámbito mundial que cualquier marzo anterior que se tenga registrado, con una temperatura promedio del aire en la superficie ERA5 de 14.14 °C, 0.73 °C por encima del promedio de ese mes de 1991-2020 y 0.10 °C arriba del máximo anterior establecido en marzo de 2016”. Y subrayó que “éste es el décimo mes consecutivo más cálido registrado para el respectivo mes del año”.
A lo anterior hay que sumarle que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, apuntó en un comunicado que “en el año 2023 la temperatura promedio de la superficie de la Tierra fue la más cálida que se haya registrado… Las temperaturas globales del año pasado estuvieron alrededor de 1.2 grados Celsius por encima del promedio para el periodo de referencia (de 1951 a 1980)”.
Ante dicho escenario, resulta pertinente preguntarse cómo afectan las altas temperaturas al ser humano, sus dinámicas sociales.
¿Qué pasa con la salud mental?
Mario Alberto Arias García, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, comenta que a pesar de que inicialmente la temperatura y el cambio conductual parecen no tener relación entre sí, “estudios basados en evidencia demuestran que sí: las altas temperaturas pueden modular regiones cerebrales encargadas de regular el estado de ánimo, incluyendo las conductas agresivas y depresivas”.
Un ejemplo reciente de estas investigaciones fue difundido en 2023 por el Yale Journal of Biology and Medicine, mediante el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10303254/#). El estudio titulado ‘Asociación positiva de la agresión con la temperatura ambiente’ revela que “el riesgo general de muerte por agresión aumenta un 1.4 % por cada ° C de aumento en la temperatura ambiente, especialmente en hombres, adolescentes y personas con menor nivel educativo… El estrés por calor puede incrementar la irritabilidad y el comportamiento agresivo al afectar los procesos cognitivos y la actividad de neurotransmisores en el cerebro”.
También añade:
“En climas más cálidos, puede haber un aumento de delincuentes motivados y objetivos adecuados, como personas que pasan tiempo al aire libre, lo que puede llevar a un incremento de los conflictos interpersonales y la agresión. Además, un alza en la interacción social durante los meses más cálidos puede disminuir la presencia de tutores capaces –como agentes del orden u otras figuras de autoridad– lo que lleva a un aumento del comportamiento agresivo”.
Arias García explica que cuando la temperatura se incrementa, se modula la funcionalidad del hipotálamo, el cual se divide en dos partes: “la dorsal, encargada de la sensación de temperatura, y la ventral, que regula las emociones, especialmente de la conducta agresiva”.
“Para algunas personas que ya tienen un perfil depresivo o problemas de agresión, la temperatura puede desencadenar este tipo de comportamientos. De hecho, hay estudios estadísticos y epidemiológicos que muestran un incremento tanto en eventos depresivos, suicidas e intentos de suicidio, así como en agresiones, cuando la temperatura aumenta en distintas regiones del mundo. Investigaciones más detalladas han encontrado que incluso un alza de un grado puede generar un aumento de hasta el 2 % en los suicidios y hasta el 5 % en la tasa de violencia”, argumenta el universitario”.
Por eso, debemos estar más atentos a nuestro estado de ánimo durante las estaciones que tengan altas o bajas temperaturas y actuar en consecuencia, para prevenir conflictos sociales y afectaciones del estado de ánimo, comenta el doctor en Neurociencias. Algunas señales que pueden indicar una afectación del estado de ánimo y riesgo de presentar alteraciones en la conducta son el estrés y la ansiedad: “Empezamos a sentir malestar e incomodidad”, señala Arias García. Una de las más comunes es la alteración del sueño, que puede afectar la atención y la memoria.
El especialista aconseja:
“En la medida de lo posible, permanecer bajo la sombra, utilizar ropa ligera que permita regular la temperatura, preferiblemente de colores claros, mantenerse bien hidratado, consumir frutas y verduras y evitar estar expuestos al calor en las horas pico, así como el consumo de alcohol, ya que incrementa el riesgo de la manifestación de conductas violentas”.