AUSTERIDAD EN LA 4T: ENTRE EL DISCURSO DE ROSA ICELA RODRÍGUEZ Y LA OSTENTACIÓN DE MORENA
OPINIÓN
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 31 de agosto de 2025
La advertencia de Rosa Icela Rodríguez a los diputados de Morena sobre la austeridad como principio rector y no mero eslogan llega en un momento de creciente escrutinio público hacia el partido gobernante. En su intervención durante la plenaria en el Palacio de San Lázaro, la secretaria de Gobernación enfatizó que esta filosofía se opone frontalmente al despilfarro y los lujos del pasado, posicionándola como base de la justicia social en la Cuarta Transformación. Sin embargo, el contexto revela una contradicción inherente: mientras el discurso oficial promueve la sobriedad, recientes escándalos involucrando a legisladores morenistas por propiedades millonarias y ostentación de bienes de lujo socavan la credibilidad de esta narrativa. Esta discrepancia no solo cuestiona la coherencia interna del movimiento, sino que también erosiona la confianza ciudadana en un gobierno que se erige como antagonista de los excesos priistas y panistas.
El contraste se acentúa por la ubicación simbólica de Rodríguez en el presidium, flanqueada por figuras como Pedro Haces, Ricardo Monreal y Sergio Gutiérrez Luna, todos vinculados a controversias por despilfarro. Haces, coordinador de Operación Política de Morena, ha sido exhibido por su rancho de lujo en el Ajusco, que incluye un hotel con 21 habitaciones, viñedos, plaza de toros y caballerizas, valuado en millones y alquilado para eventos sociales a precios exorbitantes. Monreal, líder de la bancada guinda, ha sido criticado por vacaciones en Madrid y uso de helicópteros privados, contradiciendo abiertamente la austeridad que él mismo defiende en el Congreso. Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, enfrenta señalamientos por inconsistencias en sus declaraciones patrimoniales, incluyendo propiedades omitidas en Sonora y un estilo de vida opulento con prendas de diseñador y joyas costosas. Estos casos ilustran cómo líderes clave del partido acumulan fortunas incompatibles con el ethos republicano que Rodríguez invoca.
Esta aparente hipocresía no es un incidente aislado, sino un patrón que refleja tensiones estructurales en Morena. La Cuarta Transformación, nacida como movimiento anticorrupción y antiélite, ha incorporado figuras con trayectorias políticas previas en el PRI y otros partidos, trayendo consigo redes de influencia y enriquecimiento cuestionable. Por ejemplo, Haces, apodado el “Fidel Velázquez de la 4T”, ha sido ligado a contratos millonarios en gobiernos priistas y morenistas, mientras Monreal y Gutiérrez Luna han sido fotografiados en entornos de lujo que contrastan con el discurso de humildad de la presidenta Claudia Sheinbaum. Tales revelaciones, amplificadas en redes sociales y medios, minan la legitimidad del partido y alimentan percepciones de que la austeridad es selectiva: aplica al erario público, pero no a los patrimonios privados de sus élites. Esto se interpreta como una estrategia retórica para mantener el control ideológico, mientras se tolera el pragmatismo económico en la cúpula.
Desde una perspectiva objetiva, la austeridad como filosofía de vida exige coherencia absoluta para ser efectiva, y su fracaso en Morena podría tener repercusiones electorales y sociales profundas. Históricamente, escándalos de corrupción han derribado gobiernos en México, y este ciclo de contradicciones erosionará el apoyo popular que sostuvo a la 4T en 2018 y 2024. Rodríguez, al recalcar la oposición al “despilfarro del pasado”, inadvertidamente resalta la ironía de un presente donde diputados como los mencionados exhiben lujos que superan en extravagancia a muchos de sus predecesores. Sin mecanismos de rendición de cuentas internos robustos, como auditorías independientes o sanciones por incumplimiento, el llamado a la austeridad corre el riesgo de convertirse en un eco vacío, perpetuando el cinismo político que el movimiento prometió erradicar.
En última instancia, las declaraciones de Rosa Icela Rodríguez representan un intento por realinear a Morena con sus orígenes transformadores, pero su impacto dependerá de acciones concretas más que de palabras. Si el partido no aborda estas inconsistencias, enfrentará un descrédito mayor, especialmente en un contexto de desigualdad creciente donde millones de mexicanos luchan por necesidades básicas. La verdadera prueba de la austeridad no radica en discursos plenarios, sino en la transparencia de sus líderes y en políticas que prioricen la equidad social sobre el enriquecimiento personal. De lo contrario, este principio rector se reducirá a un eslogan olvidado, socavando los pilares de la justicia social que la 4T proclama.