Autoridades federales y estatales de Morelos investigan supuestas extorsiones a ruteros de la zona oriente mediante calcomanías del oso
El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Morelos, Miguel Ángel Urrutia Lozano, informó sobre una agresión contra una unidad de transporte público de la Ruta 14 en Cuautla, ocurrida el 29 de abril de 2025. Según sus declaraciones, este incidente está relacionado con los operativos que las autoridades estatales han implementado para combatir la extorsión perpetrada por bandas delictivas en la región. Estas bandas, según los reportes, utilizan calcomanías con la figura de un “oso” que colocan en las unidades de transporte como una supuesta marca de “protección” a cambio de pagos extorsivos, una práctica conocida como “cobro de piso”.
Este incidente se enmarca en un contexto más amplio de violencia y extorsión en Cuautla, donde grupos delictivos han afectado gravemente al sector del transporte público. Por ejemplo, las rutas 14A y 14B, que conectan Tlayacapan y Tlalnepantla con Cuautla, suspendieron sus servicios desde hace más de una semana debido a amenazas y extorsiones, dejando a los usuarios sin opciones de transporte y obligándolos a buscar alternativas como mototaxis o taxis. Las autoridades han señalado que estos operativos contra la extorsión han generado reacciones violentas por parte de las bandas, como el ataque mencionado.
Además, reportes previos indican que la SSPC, en coordinación con la Fiscalía General del Estado de Morelos (FGE), el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Municipal, ha intensificado esfuerzos para desarticular células delictivas en la zona. Por ejemplo, en octubre de 2024, se detuvieron ocho integrantes del autodenominado “Cártel de Cuautla” por extorsión, y en febrero de 2025, se capturaron seis personas vinculadas al grupo “Los Acapulco”, ambos señalados como generadores de violencia en la región oriente de Morelos. Estas acciones han incluido detenciones en flagrancia, cateos y aseguramiento de armas, drogas y vehículos.
En cuanto a las calcomanías “del oso”, no hay detalles específicos en los reportes sobre su origen o simbolismo exacto, pero se entiende que son utilizadas como un mecanismo de intimidación y control por parte de las bandas para marcar los vehículos que han pagado la cuota extorsiva, bajo la falsa promesa de “protección”. Esta práctica es común en regiones donde el crimen organizado busca controlar actividades económicas como el transporte público.
Las autoridades, según Urrutia Lozano, están desplegando operativos en Tlayacapan y otras zonas para garantizar la seguridad y facilitar el regreso de las rutas afectadas, aunque no se ha especificado una fecha exacta para la reanudación total del servicio. También se ha hecho un llamado a la ciudadanía para denunciar estos actos, incluso de manera anónima, a través de la Fiscalía de Investigación de Delitos de Alto Impacto (FIDAI) en Cuernavaca.