BLUMENKRON, EL ELEGIDO: MORELOS APUESTA POR LA EXPERIENCIA EN LA FISCALÍA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 13 de noviembre de 2025
No, no me retracto ni un ápice de la columna anterior, donde especulé con la posible inclusión de la maestra Adriana Pineda Fernández en la terna para fiscal general de Morelos. Fue un ejercicio de prospectiva honesta, reconociendo el peso que una figura como ella, con su impecable labor como magistrada del Tribunal Unitario de Justicia para los Adolescentes, podría haber aportado a la procuración de justicia en Morelos. Su enfoque en la rehabilitación y los derechos de los jóvenes es un faro en medio de la tormenta de la impunidad, y no dudaría en verla en roles de mayor envergadura. Del mismo modo, Leonel Díaz Rogel, actual fiscal anticorrupción, merecía esa mención: su tenacidad en casos de alto perfil demuestra que hay talento forjado en el fuego de la lucha contra la corrupción.
Aquella opinión no fue un error, sino un homenaje a prospectos que elevan el estándar. Sin embargo, como vaticinamos semanas atrás, la gobernadora Margarita González Saravia ha jugado sus cartas con precisión quirúrgica. Este jueves 13 de noviembre, el Congreso local recibió la terna oficial para relevar a Edgar Maldonado Ceballos, quien dejó el cargo el 31 de octubre para asumir como secretario de Gobierno tras la trágica muerte de Juan Salgado Brito.
La mandataria, fiel a su estilo pragmático, integró una propuesta que equilibró experiencia y frescura, priorizando la estabilidad en un estado que ha visto una drástica reducción del 60 por ciento en homicidios dolosos entre 2024 y 2025. No hay sorpresas mayúsculas, pero sí la solidez de una decisión que busca blindar la Fiscalía contra los vientos políticos y criminales que azotan la región.
Al frente de esta terna destacó Fernando Blumenkron Escobar, hasta este jueves encargado del despacho en la FGM, quien recibió el respaldo absoluto de la gobernadora para ser el sustituto definitivo de Maldonado Ceballos por los próximos nueve años. Acompañado por el abogado Juan Manuel Zurita Rivera y Jorge Junior Esquivel Gutiérrez, Blumenkron emergió no como un forastero, sino como el ancla que Morelos necesita. Zurita y Esquivel, perfiles menos conocidos en el imaginario colectivo —el primero como litigante versátil, el segundo con arraigo en el oriente morelense—, sirven de contrapunto, pero es evidente que la balanza se inclinó hacia el hombre de la trayectoria probada. El Congreso, con su mayoría afín, lo nombró en una votación mayoritaria de 19 sufragios a su favor, sellando así un capítulo de transición con la rapidez que el momento exige.
¿Qué hizo de Blumenkron un candidato con auténtico peso específico? Su currículum es un banquete de cargos que fusionan seguridad, justicia y administración: procurador interino en 1998, secretario de Seguridad Pública estatal, magistrado y hasta presidente del Tribunal Electoral del Estado de Morelos, sin olvidar roles federales que lo han pulido en el arte de navegar burocracias complejas. No es un teórico de la ley, sino un operador en el terreno, curtido en la era de los grandes retos por la inseguridad.
En un Morelos que aspira a ser refugio de paz, su designación promete continuidad en la baja de la violencia, pero también innovación: ¿veremos protocolos más ágiles contra el crimen organizado o alianzas interestatales más agresivas? Blumenkron no llega con promesas vacías; llega con el aval de quien ha estado en la trinchera.
Apoyo incondicional, de propios y extraños: eso merece Fernando Blumenkron al asumir la Fiscalía. Morelos, herido por años de desconfianza en sus instituciones, no puede permitirse divisiones estériles. Que el nuevo fiscal reciba el respaldo del Congreso, la sociedad civil y hasta de aquellos que manejamos otros nombres en la terna. Nueve años es un mandato largo, pero con visión, puede ser el periodo en que la justicia morelense pase de ser reactiva a proactiva. Brindemos por Blumenkron, por González Saravia y por un estado que, al fin, elige con cabeza fría y corazón caliente. El relevo está dado; ahora, que rinda frutos jugosos.
