BURSATILIZAR LA DEUDA DE PEMEX
¡GRACIAS A DIOS ES VIERNES!
11 de julio 2025
Eduardo Ángel Cinta Flores
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El 2 de agosto de 1977, un mes antes de presentar su primer Informe de Gobierno, el ex presidente José López Portillo acudió a la sesión del Consejo de Administración de PEMEX. En ella, de forma bronca, machista, desbordando poderío, como era su costumbre, sentenció:
“En un país de carencias, la tentación de gravar sobre la abundancia, para resolver sin imaginación el resto de los problemas, es grande. La diferencia está en ser responsable o no. Sabiendo qué tenemos, pero cautelosos en la administración de la abundancia. No suponer que, porque tenemos mucho petróleo, hagamos de este recurso el único factor para resolver nuestra crisis. Mal haríamos si convirtiéramos el petróleo en el detonante del desarrollo.”
Por el pésimo desempeño de Jorge Díaz Serrano quien fue director de PEMEX estando el JOLOPO como presidente de México, siendo Senador de la República se le desaforó, detuvo y encarceló, en nada le valió la inmunidad que le daba la envestidura legislativa.
Este 24 de junio me referí a la paraestatal: “Está difícil, pero la realidad es que PEMEX tendrá que resurgir como empresa independiente del gobierno federal lo que se antoja imposible, entrar en liquidación, eso debió haber sido hace 15 años cuando Peña Nieto se desentendió de ella, ahora no hay a quien le atraiga una decrepita empresa con el señalamiento de quebrada”. Hasta aquí mi inserción.
Haciendo mofa de López Portillo el otro López … Obrador dijo que sacar petróleo no tenía ninguna ciencia, lo que sí la merecía era tratar de salvar a Pemex.
Siendo científica la presidenta Sheinbaum, tiene que actuar cautelosa pero responsablemente para rescatar a la empresa petrolera con un proceso financiero sustentado en evidencias y con cálculos realistas. Debe contemplar bursatilisar parte de la deuda de PEMEX, lo que implicaría vender parte de sus activos o derechos en los mercados financieros para tener liquidez y reducir su carga financiera, deteniendo así, la creciente deuda de la empresa que sigue generando preocupación en el sector energético y en la economía mexicana en general.
Al cierre del primer trimestre, la deuda de Pemex ascendía a 2.05 billones de pesos, que equivalen a más de cien mil millones de dólares. El Gobierno federal podría absorber entre 30 y 50 por ciento de esa deuda, sólo si México creciera a un ritmo de 2 por ciento, lo que no se contempla como una ocurrencia.
La bursatilización podría disminuir más de lo que ya está, la calificación crediticia de Pemex, dependiendo de cómo se estructuren las operaciones y cómo se perciban por parte de los inversionistas que traen el portafolio cargado de dólares para comprar una piltrafa como lo es la paraestatal mexicana. El riesgo mayúsculo es que se desbalanceé la potestad de los hidrocarburos en México.
Tres de cada 10 litros de gasolinas que se importan en México son “huachicol fiscal”. Pemex y las empresas privadas ingresan legalmente cada día unos 700 mil barriles diarios, y las bandas criminales ingresan 300 mil barriles.
La importación del hidrocarburo, la realizan de manera ilegal una red de empresas, funcionarios y crimen organizado de dos formas: se declara que se trata de otro tipo de producto, o bien, se miente sobre la cantidad de barriles adquiridos, para evadir en ambos casos el pago del impuesto. La mayor parte de la importación ilegal es en buque tanques que llegan a Altamira, Tamaulipas y Manzanillo en el Pacífico, contando con la complicidad de las autoridades, pues los barcos tienen que permanecer varios días anclados para poder entrar a puerto y después descargar el producto en pipas.
La corrupción genera desconfianza en los inversionistas, quienes temen por la seguridad de sus inversiones y la posibilidad de que sus recursos se vean afectados por prácticas ilegales. el gobierno mexicano debe tomar medidas contundentes para combatir la corrupción en PEMEX y así recuperar la confianza de los inversores, mejorar la eficiencia de la empresa y fortalecer el estado de derecho.
Amigos la semana tiene siete días y … gracias a Dios ¡es viernes!