CALDERÓN COMO CHIVO EXPIATORIO: ¿SIGUE FUNCIONANDO LA NARRATIVA DE MORENA A ESTAS ALTURAS DEL PARTIDO?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 24 de julio de 2025
La estrategia de Morena de invocar la figura de Felipe Calderón como contraste en su narrativa política, como hizo este miércoles la senadora Andrea Chávez durante el noticiero de Azucena Uresti, al defender a Adán Augusto López, es un recurso que busca capitalizar el descontento histórico con la “guerra contra el narco” para desviar críticas actuales.
Sin embargo, su efectividad depende del contexto, la audiencia y la capacidad de Morena para respaldar sus afirmaciones con resultados concretos, especialmente cuando se enfrentan señalamientos graves como los relacionados con el exsecretario de Seguridad de Adán Augusto, Hernán Bermúdez Requena.
A continuación, analizaré la vigencia y los riesgos de esta táctica en el panorama político actual.
Por un lado, invocar a Calderón, particularmente por su relación con Genaro García Luna (condenado en EE.UU. por nexos con el narcotráfico), sigue siendo un arma retórica poderosa para Morena. La figura de Calderón y su “guerra contra el narco” están asociadas en el imaginario colectivo con un periodo de alta violencia en México, lo que permite a Morena desviar la atención de señalamientos actuales hacia un pasado que muchos mexicanos aún ven con resentimiento.
Esto es especialmente útil cuando figuras como Andrea Chávez defienden a aliados cercanos, verbigracia Adán Augusto López, frente a acusaciones graves, como las relacionadas con su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, vinculado al crimen organizado.
Al comparar a Calderón con Adán Augusto, Chávez busca posicionar a este último como una figura que sí logró resultados en seguridad (según su narrativa) mientras pinta a Calderón como el epítome del fracaso. Este contraste es un recurso clásico para polarizar y movilizar a la base de Morena, que responde bien a narrativas que refuerzan la idea de que la 4T es una ruptura con el pasado corrupto.
Sin embargo, esta estrategia tiene límites. Primero, no es un argumento nuevo; lleva años usándose, y su impacto puede estar desgastándose, especialmente entre audiencias críticas o independientes que buscan respuestas concretas a problemas actuales, no comparaciones históricas. Segundo, los señalamientos contra Adán Augusto López, como los relacionados con Bermúdez Requena, son graves y específicos, y la defensa de Chávez podría percibirse como evasiva si no aborda directamente las acusaciones.
Por ejemplo, opiniones en redes sociales muestran que algunos usuarios ven hipocresía en que Morena critique a Calderón por García Luna mientras defiende a Adán Augusto con argumentos similares a los que usó Calderón (“no sabía”). Esto sugiere que la narrativa puede volverse un bumerán si no se acompaña de pruebas sólidas que respalden la gestión de Adán Augusto en Tabasco, donde se reportó una reducción de delitos, pero también persisten dudas sobre la transparencia de su administración.
Además, el contexto actual (2025) es diferente al de hace una década. La violencia en México no ha disminuido significativamente bajo Morena, y casos como el de Bermúdez Requena alimentan la percepción de que los problemas de seguridad persisten, independientemente de quién esté en el poder.
Si Morena sigue recurriendo a Calderón como chivo expiatorio sin abordar de frente las críticas a su propio gobierno, corre el riesgo de parecer que evade responsabilidades. Por ejemplo, la insistencia de Chávez en que Adán Augusto es un “prohombre” que redujo la criminalidad puede chocar con la percepción de que no hay claridad sobre cómo se manejaron los recursos o las relaciones con figuras cuestionadas durante su gestión.
Sacar a relucir a Calderón sigue siendo una táctica efectiva para galvanizar a la base de Morena y desviar la atención de críticas inmediatas, pero su impacto es limitado y arriesgado. Funciona mejor en un entorno polarizado donde la narrativa de “nosotros contra ellos” resuena, pero puede fallar frente a quienes exigen rendición de cuentas concreta. Chávez y otros morenistas tendrían que complementar esta estrategia con pruebas sólidas de los logros de Adán Augusto y una respuesta directa a los señalamientos, o corren el riesgo de que se les perciba como defensores de una doble moral.